Todo te va Quedar Más Claro

Una impresión equivocada que la gente puede tener de este blog es que es muy técnico y/o pretencioso, y que al hablar de tantos artistas, discos y canciones, termino hablándole a cinco personas. Hablo de la música porque es a lo que le he dedicado más tiempo en mi vida (de hecho, lo conté; son unos 5.241 días, que equivalen al 62% de mi existencia): cuando describo un recital o un disco, cuento algo de mí. Y, medio explícito y medio implícito, aparecen goterones de quién soy yo por dentro.

Por eso escribo esto. Acá no se puede escapar del egocentrismo y la autorreferencia. Al final, esto es un blog. Pero a los que, por algún extraño motivo les dieron ganas de mirar por la rendija y asomarse a esta vía de escape, les quiero decir algo: escuchen Teleradio Donoso.

Estuve en el lanzamiento de su disco, ‘Gran Santiago’, en el Centro Mori esta noche, y creo que hace tiempo no me emocionaba tanto con músicos chilenos en vivo. Teleradio Donoso es el soundtrack para el domingo en la tarde, para atardeceres con frío y momentos de cambio. Son melodías para añorar solo y abrazar acompañado.

El director de orquesta se llama Alex Anwandter. Es un flacucho de lentes que a temprana edad ya ha escuchado demasiados discos. Todos los temas son de él, y tiene el talento suficiente para rockear con su guitarra, disfrazando su predilección total por Abba y los Carpenters. Lo secundan Martín Del Real en guitarra, un clon de Albert Hammond Jr. que, con su pelo y look vintage hace poco por evitar la odiosa compración con The Strokes; el pulso amable de Juan Pablo Wasaff en batería, y el bajista, Cristobal Fredes, que vendría a ser una versión más pajarona de Omar Rodríguez de los Mars Volta.

El cuarteto (más un eficiente músico multiuso) se posó en el Mori con el único apoyo de unas visuales fijas de fondo (una por canción). Como previa, un clip de los chicos en la playa armando una balsa para aislarse en el mar. Olor a melancolia. La mandolina de ‘En un Momento’ dio el vamos y el escenario se impregnó de Beatles y Beach Boys. Las revoluciones comenzaron a subir con ‘La Literatura’, y sus coros hipnóticos y los agudos de Andwanter luchando sin éxito por evitar la caída de sus anteojos. Pero no nos adelantemos.

‘Todo te va a quedar más claro’, insiste Andwanter en la espléndida ‘Máquinas’, una muestra precisa de que este disco nació completamente en guitarra de palo. Y tras la calma, el saludo del cantante (‘Hola, somos Teleradio Donoso. Si no lo sabían, no sé que hacen acá’), momento para calzarse la eléctrica y aserruchar el piso con ‘Franz’, que tocaron pegadita con ‘Pitica’, la mejor canción chilena de este año.

La banda mostró los extremos a los que puede llegar al tocar ‘Un Día te Vas’ y ‘Lupanar’, sus propios día y noche con dedicatorias de por medio. ‘Odio dejar el protagonismo’ dice Alex, pero es necesario hacerlo. Martín Del Real toma el micrófono central, y la única composición compartida, ‘Un día fui a pasear y no volví’ se filtra por nuestros oídos, en medio de los silbidos femeninos por el guitarrista.

‘La Carta’ es la canción que necesitas para saber si tienes corazón: si no te emocionas, no tienes. Es LA gran canción de ruptura de Teleradio, y eso que tienen varias. Por Dios, qué mal dejó esa mujer a este tipo, pero qué buenas canciones le sacó de la cabeza. Antes de la pausa, ‘Eras mi persona Favorita’, arriba con su aire gay y su encantador parecido a ‘Mr. Blue Sky’ de ELO. Si los acusan de ‘demasiados homenajes’, al menos saben que hay que copiar a los grandes.

Breve momento de descanso, y el regreso con un invitado: Cristóbal Briceño de los emergentes Fother Muckers, quien se despachó una interpretación memorable para la épica ‘Tarde en la Noche’. Sus aullidos, su torpeza con el micrófono, y su mechón y gamulán a lo Sandro lo convirtieron el agregado perfecto. El cierre, con ‘Gran Santiago’ (dedicada a los abuelos de Alex, presentes en el show), fue lo que necesitaba para agradecer por estar ahí y poder contar a otros lo que ví.

Teleradio Donoso es lo que se echaba de menos: estribillos para corear, letras para cantar y lágrimas para compartir. Los esperábamos hace tiempo. Bienvenidos.