Viajar

Viajar. Moverse. Salir del centro. Ir a los Bordes. Explorar. Recorrer. Para conocer y conocerse. Para saber de qué esta hecho uno. Paisajes, palabras, personas. El metro y el taxi. Tardes suspendidas en el tiempo en disquerías y librerías. Barnes & Noble, El Ateneo, FNAC, Musimundo, el difunto Virgin Megastore. Y claro, Amoeba Music.

Los ’00 me dejaron miles de millones de postales en ciudades ajenas con recuerdos propios. Justo ahora me vengo bajando de un avión y como la vida es cíclica, esta década la comencé subiéndome a otro.

En enero de 2001 yo tenía 23 años recién cumplidos y dos meses antes había iniciado mi primera aventura profesional en radio Rock&Pop. Se anunció lo de Rock in Rio, y muchos artistas confirmaron su bajada a Argentina. No había nada que pensar: partí al piojoso Hotel Córdoba nada menos que en Lufthansa. Durante tres días el Buenos Aires Hot Festival se transformó en el primer evento musical masivo al que asisto. No sólo vi históricos shows de R.E.M., Beck, Oasis y Neil Young; también vi a créditos locales como Geo Ramma, Sergio Pángaro, Jaime Sin Tierra, Carca y Divididos. Pero más importante que todo: vi mi futuro. Este era el lugar donde yo quería estar. Ah, también vi mi primer show de Babasónicos, mi banda favorita en español!

Para viajar, hay que tener lucas o un trabajo que lo permita. Y al año siguiente, los astros estuvieron conmigo cuando fui escogido para entrevistar a Red Hot Chili Peppers en Los Angeles, California. Mi banda favorita en la ciudad que inspiró su música. Demasiado para una sola persona. Fueron sólo tres días, pero juro que no dormí: fui a Marina del Rey, Venice y Santa Mónica. Recorrí Sunset Boulevard, estuve en el Chateau Marmont, en el Teatro Chino y conocí a Nicholas Cage y al fallecido Johnny Ramone. Cuatro meses después, gracias a mi Tía Ximena, pude volver a reunirme con mi familia paterna en Sydney, Australia. Fueron tres inolvidables semanas en que me regalonearon en exceso y viví mi primer festival ‘anglo’: el Big Day Out, con shows de Foo Fighters (entrevisté a Dave Grohl!), Jane’s Addiction, Queens of the Stone Age y The Vines. También en ese viaje sería la última vez que vi a Andrea Arratia, mi tía especial…..

Ya trabajando en Sony Music, me tocó llevar a una persona del mundo radial (Mónica Rodríguez) a Buenos Aires para mostrarle la música de un tal Kevin Johansen. Y al día siguiente, vi el lanzamiento de ‘Infame’ de Babasónicos en el Luna Park. En años venideros, lo de Baires se haría una costumbre: en el 2004 fui al Festival BUE (Bebel Gilberto, Primal Scream, Pet Shop Boys, Morrissey) y a ver Boca-River con el Seba Muñoz; y en el 2005, al Personal Fest (Duran Duran, Erykah Badu, Macy Gray, Simple Minds) con los hermanitos Horment. Todo muy lindo.

Un año antes, el 2004, yo mismo me pagué el destino más deseado de todos: New York. Mi amigo Leo me contactó con el francés Benjamin Huet quien, sin conocerme, me hospedó en su depto de Nolita. Qué se puede decir después de estar en lugares como el Empire State, Madison Square Garden, Central Park (¡Qué increíble show de Devo!), la Zona Cero, el Edificio Dakota, el Radio City Music Hall o el Puente de Brooklyn. Además, vi mucha música: desde Miss Kittin hasta 311, desde Evanescence hasta Linkin Park. Y como guinda de la torta: The Cure.

El 2005 entré a 40 Principales y ese mismo año tuve que llevar a una ganadora de un concurso a conocer a los Black Eyed Peas a Colombia (teloneados por Smash Mouth). Bogotá era una ciudad que estaba en mis prioridades para visitar y no me fui defraudado, aunque aún persiste la deuda con la costa colombiana. Regresaría un par de años después con la misma asignación para un evento que incluyó a artistas como Juanes, Miranda y Belanova. Eso sí, esta vez la chica viajó con la mamá…

Pero si hubiera que identificar un peak, quizás ese fue el 2006. Le había prometido a mis viejos que iba a empezar a ahorrar e iba a pararla con los viajes, pero tenía un serio problema vocacional y quería ver si tal vez el camino que tomó mi amigo Leo radicándose en el extranejro podía también ser el mío. Y partí a Barcelona. Y claro, aproveché de comprar tickets para Benicassim. Fueron 4 días en un camping bajo 35° a la sombra con Chemo y Mariano para ver a Scissor Sisters, Pixies, Pete Doherty, Depeche Mode, Franz Ferdinand o The Strokes. Y tres meses después me correspondió cubrir los premios MTV Latino en Ciudad de México, el lugar más caótico en el que he estado en mi vida. Cada día hubo algo importante para hacer con el Mono y el Toti: el Evento 40 en el Estadio Azteca, los Premios MTV en el Palacio de los Deportes, y los shows de Fall Out Boy y Robbie Williams. Y por favor, no olvidemos a las Pirámides de Teotihuacán!

El último gran viaje fue el 2008 a Chicago y marcó un punto de inflexión: por primera vez viajé con alguien. Mi partner en la excursión a Lollapalooza fue Nacho Lira y, contra todos los pronósticos, nos llevamos excelente. Fue un gran complemento y aportó mucho para que el viaje saliera bien, incluyendo el hospedaje en lo de su tía millonaria en Orland Park. También Manu Gómez puso lo suyo y nos contactó con el buen Chris, otro tipazo que nos dio un techo.

Del festival sólo diré algunas palabras: Radiohead, Rage Against the Machine, MGMT, Gnarls Barkley, Kanye West, Duffy, Mark Ronson, CSS, Girl Talk, The Ting Tings y Lupe Fiasco, entre miles más.

Y lo más reciente fue Buenos Aires. En el 2008 hice una visita gracias al departamento en Belgrano de mi amigo Lito. Esa vez hice el famoso paseo del ‘Tren de la Costa’ y recorrí el Tigre. Y así llegamos a lo de hace una semana: mi séptimo viaje a Buenos Aires, donde hice el circuito turístico completo con cámara en mano: Caminito, San Telmo, Recoleta, los Rosedales, el Microcentro, y todas las esquinas posibles de Palermo.

Han sido buenos tiempos. Que vengan más. Pero ahora, que vengan con compañía.

Ya cumplí un sueño. Ahora hay que ponerle atención a otros sueños.