Todos Juntos Ahora

Primero, el Mea Culpa: no creí que resultaría la Cumbre del Rock Chileno. Le tengo muy poca fe al consumidor de música chilensis y tengo mis razones para pensar así (sin ir más lejos, el Tributo a Los Jaivas programado un mes atrás se cayó penosamente). Pero eso ahora no importa. Ha pasado una semana, y el evento fue un golazo. Más de 45 mil personas, grandes tocatas, y la sensación de que el mayor triunfo es que la puerta queda abierta para la segunda parte.

Algunos apuntes de esa jornada:

**Llegamos como a las 18:15 con Vito y su amigo. La cosa partía dos horas antes pero había cero interés en ver con 35º a la sombra a gente tan ilustre como Leo Quinteros, Go, o Fahrenheit. Creo que se equivocaron con los artistas chicos. Esa era la instancia de ver cuánto pesan con un público grande algunos regalones de la prensa como Guiso, Javiera Mena o Ramires! Eso sí, lamenté no ver a Tiro de Gracia y De Saloon.

**¿Difuntos Correa tocando el Himno Nacional? MAAAL!! ¿Qué viene ahora? ¿Un cover del ‘Rock del Mundial’?

**Me pongo de pie y me saco el sombrero por los jefes de escenario y coordinadores que permitieron que casi no existieran demoras entre el final de un artista y el comienzo del siguiente. Excelente lo de tener dos escenarios. Se sentía como Manhattan o Sydney, pero no. Era Ñuñoa.

**Sinergia está para cosas más grandes. Demostraron el oficio de una banda con 12 años de historia manejando públicos masivos. Si sus integrantes fueran lindos, serían jurados de ‘Fama’ o habrían ido a Olmué y Viña hace 3 años. ‘Te Enojai por Todo’ no fue autopromoción de un CD nuevo: justificó su presencia cuando la coreó hasta el Gerente de Capel. No todos los artistas presentes pudieron decir lo mismo de sus más recientes creaciones.

**Para Saiko tengo cuatro palabras: Denisse-Malebrán-en-sostén.

**OK, el Bloque Ochentero no fue un atisbo de calidad interpetativa, pero claramente ese no era el objetivo. Para mí, la cosa era reirse de las weas que uno cantaba cuando chico y rememorar viejos tiempos. Eso sí, quedan dudas razonables: ¿Quién permitió que Aparato Raro tocaran dos canciones? ¿Qué se tomó Yogui Alvarado de Emociones Clandestinas (aunque parece que ese es su estado habitual)? En todo caso, rescato de ese saco las buenas canciones de UPA, y la pachorra de Sexual Democracia (¿‘Guaracha Rock’ un clásico? Eso es nuevo para mí).

**Se confirmó lo que siempre supimos: Claudio Narea sólo tuvo la tremenda suerte de ser compañero de curso de un genio como Jorge González. No tiene voz, ni canciones. ‘Baile Mental’ sólo evidencia saberse de memoria el CD debut de Franz Ferdinand. La-men-ta-ble.

**Los Bunkers son LEJOS la mejor banda de Chile. Lamento haber sido tan flojo y no haber escrito sobre el NOTABLE show del 16 de diciembre pasado en el Teatro Caupolicán. Pero la cosa está clarita: para ser arrogante y no lucir patético, hay que tener sustento artístico. Y a ellos les sobra: basaron su set en su útimo CD y fueron los más coreados de la noche. Están tocando como quieren y merecen lo que les está pasando. Como para ilusionarse más aún con ellos.

**¿Porqué Nicole tocó en horario estelar? Si hubiera hecho sólo un par de temas más temprano, todo bien. Pero todos miramos con extrañeza su show de 4 tracks, incluyendo un tema que no conocía ni Sergio Lagos. Todo lo contrario que Javiera Parra y sus Imposibles. Luciendo deliciosamente voluptuosa, producto de su reciente maternidad, Javiera tocó el set perfecto: ‘Alacrán’, ‘Humedad’, ‘Compromiso’ y ‘Proverbios’. Sólida.

**Los Jaivas son una especie de cooperativa. Da casi lo mismo quien cante esas canciones (nadie podra igualar a 'Gato' Alquinta de todos modos), porque lo impresionante es ver como todo el mundo se las sabe. ‘Mira Niñita’, ‘Pregón para Iluminarse’ y el resto de su set son iconos patrios, y un deber en cualquier cumbre musical chilena.

**Lucybell y Chancho en Piedra quedaron en deuda. El power trío tocó demasiadas canciones nuevas dejando fuera su enorme abanico de clásicos. Eso es egoísmo. Y su vocalista parecía estar en otro planeta a la hora de darle cuerpo a canciones como ‘Mil Caminos’. Chancho, por su parte, nos tienen mal acostumbrados a soprendernos. Yo esperaba que en una instancia como esta hubieran preparado algo más original o divertido. No pasó ni lo uno ni lo otro.

**Los Tres hicieron la lógica con sus hits de siempre pero hubo un par de sorpresas: Henríquez se entregó a la popularidad abismante de ‘Quién es la que viene Allí’, e hizo una coquetona versión con Javiera Parra de ‘Te Amo Tanto’.

**¿Lo Mejor? Lejos Jorge González. El eterno Prisionero se paró sólo con su guitarra en medio de los dos escenarios y se mandó ‘Paramar’, ‘Tren al Sur’, ‘Porqué No se Van’, ‘El Baile de los Que Sobran’, ‘Corazones Rojos’ y hasta se dio el lujo de entonar un poquito de su gran balada solista ‘Fe’. Actitud, buenas canciones, y capacidad para emocionar al público. Eso hace González, un tipo que si no se auto-boicoteara tanto, sería hoy aún más grande de lo que es.

**¿Conclusión? El mejor fruto que puede dar esta Cumbre del Rock Chileno es ser la primera de muchas. Entre múltiples razones, uno de los motivos por los que en Argentina existe una escena local es porque hay vitrinas enormes para los grupos de allá, como el Festival Pepsi Music o el Quilmes. Y la empresa privada no tiene rolllo en auspiciar con fuerza un evento así, el cual allá se puede llenar sin necesidad de un número foráneo. El chiste es darle contniuidad a este asunto para generar una primera ‘A’, ‘B’ y ‘C’ del rock chileno que sea definido sobre un escenario y por el público. Les aseguro que en una segunda cumbre veríamos muuuuchas novedades en relación a este evento.

Este era el primer paso, pero era ultra necesario.