La Casa está en Orden
Primero, se me pasó la partida de Julito Martínez; segundo, cumplí 30 años y no escribí nada. Tercero, parece ser que la preocupación por carteles de festivales y estrenos de filmes taquilleros ha dado paso a pagar en Servipag, escoger el mejor aroma de Poett, o elegir el notebook más adecuado (el cual, bueno, es en el que estoy escribiendo esto tendido en el segundo dormitorio de mi departamento).
Desde el principio, traté que este blog no fuera un diario de vida taaaan personal. Me daba pudor regalar tanto detalle a cualquiera que pasara por ahí. Pero desde un tiempo a esta parte, se hace inevitable. Mi vida es otra, y mis prioridades, también. No
había caído en la cuenta, pero los ritos diarios cambiaron: desde andar en metro todos los días hasta llegar a un hogar sobrepoblado de hermanas; desde no tener que tomar colectivo siempre en La Moneda, hasta poder decir que sí a un llamado a carrete en día de semana a las medianoche.
‘Estar Solo’ se llamaba una gran canción de Los Prisioneros y es mi estado mental actual. Nada de auto-compasión, por favor. Es sólo un proceso de adaptación. Asumirlo sicológica y afectivamente es raro, pero súper necesario. Y estar en esto hoy hace pasar a un rotundo segundo plano el disco o la película del mes.
Cumplí 30. Sí, fue el 09 de enero. Vinieron los que me interesaba que vinieran. Por primera vez celebré dos días distintos y en ambos eventos hubo buena convocatoria. La pregunta recurrente era si me vino la crisis de los 30…Mmmm, yo recuerdo que la de los 15 la sentí profunda: me sentía muy fuera de lugar en mi colegio, tratando de adaptarme, cosa compleja para un tipo no deportista y sin arrastre con las minas. Quería ser otro, pero ya.
En cambio a los 20 estaba muy bien: pasaba el mejor momento de mi vida en la universidad probando mis límites mientras mis amigos hacían lo mismo. Creo que no hubo crisis de los 20 porque estaba muy borracho para detenerme a pensar en ella.
No me siento para nada en crisis de los 30. Lo sería tal vez si no hubiera independencia de por medio. Me sentiría con objetivos pendientes, viejo, pegado y sin libertad. En cambio, gracias a que salí a buscar mi destino, hoy me siento como cabro chico con juguete nuevo: excitado, conmovido y motivado.
Por lo que ya me han dicho, el trabajo no me faltará. Eso sí, hace rato tengo ganas de moverme y hacer otras cosas. Pero tranquilo: vamos jugando las finales de a una. Primero, sigamos con sueldo a fin de mes, y luego apostemos por nuevos desafíos. Los siento más necesarios que nunca. Quiero volver a sentirme orgulloso de mi trabajo.
La salud no me ha acompañado todo lo que quisiera en este 2008, pero creo que también es parte del cuento. El cuerpo resiente este nuevo esquema. Siento como que a la vuelta de cada esquina hay una situación novedosa que testea mis límites. Y la idea es no hacerse el weón con ninguna.
Vamos a volver a postear harto. Es una de las cosas que tenía en mente al comprar el notebook. Pero creo que era importante esta declaración de principios. La tierra se está moviendo, y sólo grandes cosas pueden salir de eso. Está confirmado: los cambios, al menos en mi caso, siempre son buenos.
En algún momento habrá post de Julio Martínez. Se lo merece.
Mientras tanto, me dediqué a vivir. Ya habrá tiempo para escribir.
1 Comments:
30 es solo un numero...
eso no dice nada, lo que se refleja es nuestra actitud, si te siente viejo te ves viejo...
mira que a la edad que tengo (casi 2x) me veo de menos de 20, ja ja ja..
el otro día en la manicurista una de las clientas con las que estabamos conversando me pregunto que estudiaba... me senti en las nubes de felicidad... Parece que cada año que pasa mas joven me veo, eso me complace, cero patas de gallo y ya falta cada dia menos para cambiar el folio...
Creo que a los 25 llego mi crisis, no lo podia creer incluso no celebre esa fecha, no atendi llamadas,en fin puras weas...
Si los 30 son los nuevos 20...
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