felipe arratia

Wednesday, December 19, 2007

Ike Turner (1931-2007)

Para la mitología rock es como la encarnación del demonio. Sólo con su muerte ha sido posible mirar más allá de las bofetadas a Tina, el abuso con la cocaína y su agresividad constante para descubrir el aporte esencial a la música del señor Ike Turner.

A juzgar por su peculiar historia, se hace necesaria una película que muestre los hechos desde su punto de vista. Hijo de un ministro bautista asesinado por una pandilla racista, siendo apenas un niño, manejaba el ascensor en un edificio que albergaba una radio. Desde ahí a cargar amplificadores había un paso de distancia, y al mirar el trabajo de los músicos rápidamente se convirtió en uno, soñando con emular a su ídolo, Howlin’ Wolf. Con los Kings of Rhytm se pasó del piano a la guitarra y grabó lo que se entiende como el primer rock and roll de la historia, ‘Rocket ’88’. Ike tenía apenas 19 años.

Tras trabajar como sesionista con gran cantidad de leyendas del blues y ejercer como buscador de talentos de una disquera, la vida de Ike cambiaría en 1956 cuando conoció a Anna Mae Bullock, quien más tarde sería conocida como Tina Turner. Tan impresionado quedó con su voz y desplante que la integró a su grupo; la química explosiva de la pareja, a nivel romántico y musical, se tradujo en innumerables hits durante los ’60, y hasta su escandalosa separación.

Mientras estuvieron juntos, Ike y Tina llegaron a telonear a los mismísimos Rolling Stones y al ver el efecto que provocaban las canciones de rock, Ike registró con Tina versiones de temas como ‘Proud Mary’ de Creedence o ‘Come Together’ de los Beatles, con excelentes resultados gracias a la impresionante capacidad interpretativa de Tina en escena.

Los maltratos y excesos de Ike están largamente descritos en el biopic protagonizado por Angela Bassett y Laurence Fishburne: quemaduras con cigarros a Tina, múltiples infidelidades y una golpiza final en Dallas que redundó en su divorcio en 1976.

Cuando Tina desapareció de la vida de Ike, su carrera no volvió a despegar. En sus propias palabras, se tomó ‘unas vacaciones de 15 años’: llegó a gastar más de U$ 11 millones en cocaína (según sus propios cálculos), lo cual ni siquiera fue útil para la inspiración ya que en ese periodo sólo sacó un par de discretos álbumes. Incluso solía andar armado durante ese periodo “por si alguna transacción salía mal”. Para peor, su estudio se quemó en 1982.

Durante los ’80, Ike Turner fue arrestado 11 veces por ofensas relacionadas con las drogas, hasta que finalmente en 1989 fue condenado a cuatro años en prisión por manejar bajo la influencia de la coca. Eso le impidió estar presente en su ingreso al Salón de la Fama del Rock and Roll en 1991.

La película “What’s Love Got to Do with it” sepultó definitivamente la imagen de Ike, aunque él respondió lanzando su autobiografía, ‘Takin’ Back my Name’, la cual incluyó confesiones inéditas. Sus últimos registros musicales corresponden a una colaboración con Damon Albarn en Gorillaz (el track ‘Every Planet we Reach is Dead’) y ‘Risin’ with the Blues’, su álbum ganador de un Grammy en el apartado de Blues tradicional. El 12 de diciembre a los 76 años y a raíz de un enfisema pulmonar, finalmente Ike Turner descansó. Demasiada agitación para una sola vida.

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