Human Behaviour
Bjork empieza y termina en sí misma. Es una isla única y misteriosa, que no sabe de referencias ni referentes. Una anomalía, una maravillosa anomalía que se aparece cada una década por acá (para ser más exactos fueron 9 años y 3 meses) y embriaga con su registro diáfano que parece no venir de este mundo.
Mis recuerdos de ese show de agosto del ’98 en el Caupolicán no son muy concretos. No recuerdo escenas específicas, sino más bien un estado de ánimo, como una bruma mágica que me intóxicó por 80 minutos. Primero, aquel traje blanco con alas que se desplegaban cuando ella lo deseaba; y segundo, la voz. Esa voz que, desde ‘Hunter’ hasta el último estribillo secó mi boca porque no me dejaba cerrarla ante el shock.
La islandesa retornó a Chile. Esta vez, con la excusa de mostrar en sociedad su flamante ‘Volta’, una especie de retorno a la música más ‘convencional’ (si es que cabe el calificativo en ella) que abandonó con el críptico ‘Medulla’.
¿Pelamos altiro? Ya. Se comentó que el show que traía Bjork requería de un clima íntimo, tal como lo hicieron los Coldplay en el inapropiado Espacio Riesco. Pero no, en lugar de un espacio como el Caupolicán (muy chico para la demanda), se optó por el Estadio San Carlos de Apoquindo, el más periférico de la capital. Mal.
¿En qué se tradujo eso? Voy a contar mi experiencia personal:
**Viaje de Ida (metro hasta Escuela Militar y micro hasta el estadio): 110 minutos
**Concierto Bjork: 80 minutos
**Viaje de Vuelta (caminar desde el estadio hasta el Alto Las Condes….sí, leyeron bien; y luego, 2 micros): 140 minutos
Entiendo que era necesario un lugar grande porque muchos querían verla y la idea era no encarecer AUN MAS los precios, pero…¿y el Arena Santiago? En síntesis, muy mal escogido el lugar. Peor aún: el escenario fue colocado a lo ancho y no a lo largo del estadio, y en DG Medios decidieron que la prensa debía ubicarse en la Tribuna Fundadores, lo cual permitía ver el show de frente al escenario pero A KILÓMETROS de distancia: por lo mismo, no tengo idea cómo funcionaba el famoso reactable, ni cómo se distribuían los sonidos los músicos que tenían miles de teclados alrededor. Sólo caché con claridad al baterista, y era impresionante.
21:25 horas. Todo se va a negro y aparecen en escena los edecanes de este tour de Bjork: el conjunto de nueve bronces, Wonderbrass. Con pintura en su rostro, y banderas medievales, el grupo creó un solemne muro sonoro que dio paso a la aparición de Bjork. La dama nórdica apareció vestida como una especie de pavo real muy elegante: un vestido largo y de todos colores, y ese maquillaje fluorescente en el rostro que la ha acompañado desde que presentó ‘Volta’ en el Coachella.
‘Anchor Song’ y ‘Unravel’ dieron la alerta, permitiendo calentar motores y dejarse seducir por el canto de sirena. Sólo en ‘Hunter’ llegó el delirio, con su danza tribal que emocionó a la audiencia. Bjork llegó con disposición de tocar los hits, pero la cosa no iba a ser tan fácil: cada estribillo reconocible llegaba con otro pelaje, otra lógica, una nueva lectura musical.
‘Come to Me’ y en especial ‘Joga’ sonaron sublimes. Los vientos de este grupo invitado se fueron convirtiendo en protagonistas, dándole más peso y elegancia a las nuevas versiones. La de ‘Joga’ fue quizás lo más conmovedor de la noche.
El show creció en ritmo e intensidad cuando llegó ‘Earth Intruders’. La colaboración de la islandesa con Timbaland montó el primer atisbo de fiesta en la cordillera. Lo que no sabíamos es que era sólo un preámbulo para la clásica ‘Army of Me’, que una vez más se benefició por la abundancia de bronces presentes. De ahí en adelante el karaoke no paró más.
Me sorprendí demasiado de escuchar ‘I Miss You’, una de mis favoritas del disco ‘Post’. Pero mi momento favorito de la jornada llegó con ‘Bachelorette’, con una interpretación majestuosa y afortunadamente, muy similar a la versión del disco. La locura total se desató con ‘Hyperballad’ y ‘Pluto’, dos gemas electrónicas que consiguieron más euforia de mi cuerpo que todo el set de los Chemical Brothers el día antes. Catarsis.
La absurda distribución de asientos planteada por la producción dejó un enorme sector Vip con al menos 12 filas de asientos vacíos. La reacción de la cancha no se hizo esperar y en tres ocasiones diferentes la gente de Cancha se coló hacia el Vip. En total, deben haber sido 300 personas. Uno cosecha lo que siembra. Esa forma de repartir al público era un estupidez.
Para el cierre, Bjork se dio tiempo para presentar a sus músicos. La único que salió de su boca durante el show fue un ‘Gracias’ en español entre medio de algunos temas. Antes de empezar ‘Declare Independence’, sus últimas palabras fueron "Viva la Revolución", lo que dio paso a la última estampida desde Cancha al Vip.
Igual que en el ’98, apenas 80 minutos. Muy poquito para un show en donde pensé que iban a aparecer ‘Hidden Place’, ‘Pagan Poetry’, ‘All is Full of Love’ ‘Human Behaviour’ u ‘Oceania’ (todas sonaron en uno de los dos shows en Buenos Aires). Además, yo estaba ilusionado con escuchar ‘Isobel’, ‘Possibly Maybe’, o ‘Venus as a Boy’. Por otro lado, mis amigos lamentaron en especial la ausencia total del disco ‘Vespertine’ en el show de Chile.
La sensación es agridulce. Mientras caminaba por el barrio alto con la certeza de haber visto un notable show, me preguntaba porqué el contraste era tan grande: sobre el escenario, una experiencia pura y única; la organización, una verdadera basura. Ahí cobra total sentido la opción de la islandesa por aislarse de fans, ejecutivos y otros: se contruyó otro mundo y desde ahí nos visita de vez en cuando. Tiene lógica.
Setlist: Anchor Song / Unravel / Hunter / The Pleasure Is All Mine / Come To Me / Jóga / Who Is It / Desire Constellation / Earth Intruders / Army Of MeInnocence / I Miss You / Bachelorette / Five Years / Wanderlust / Hyperballad / Pluto / Declare Independence
5 Comments:
Salí con la sensación de haber visto un show de otro planeta, un show increíble, en el que cada detalle estaba perfectamente calculado, donde se habían escogido a los músicos con pinzas, las Wonder Brass....maravillosas, esperaba ver más del Reactable (los demos k hay en youtube me tienen enferma, cómo mierrrr funciona!!!!!!!!, ya sé k kiero pa mi próximo cumple jaujajajaj), una banda k a ratos era sinfónica, luego electrónica y a otros parecía una tribu...las luces, el confeti y weno lo + importante Bjork, me imaginé ver a una niñita muy angelical en el escenario y me recordó a mis sobrinos, kchai cuando los cabros chicos hacen cualkier cosa k uno hace a diario y uno aplaude....eso mismo me pasaba con Bjork, muchas veces me emocioné demasiado, era todo tan perfecto.....Odié el frío de San Carlos, la ubicación del escenario y la distribución estúpida del recinto y salí con ganas de k tocará más, muxo más, pero salí feliz igual, con la sensación de k Bjork es demasiado para k sea de este planeta.
La suerte de algunos
UTA FELIPE
se nota cuando uno escribe del corazon , no?
bakan
lo que ser yo estoy seco ya del tema -pa ecribirlo , digo-
me quedo con las sensaciones que no puedo palabrear, asi de simple.
Felipe, harás review del concierto de The Rapture...? te vi en la entrada por eso pregunto... me gustaría saber tu opinión.
Saludos
Yo, con respecto a Bjork, soy un cero a la izquierda. No cacho lo que se dice NADA y, lo peor, es que tampoco me calienta mucho. Debo decir que es una mina que es capaz de hacerme sentir (por lo cual la respeto mucho), pero el problema es que la mayoría de las veces, me hace sentir cosas desagradables (más o menos todo el "Medulla", para ser un tanto más exacta).
Sin embargo, una amiga a punta de obligaciones (la misma que es una Tori-fílica), me ha hecho escuchar un par de tracks del "Volta" y la sensación es totalmente distinta.
Me habría gustado ir para quitarme prejuicios, pero con los precios, la inversión no sé si valía la pena.
Hay que juntarse!! la última vez que nos vimos me quedé con gusto a poco!
Un beso enorme!
PS: ¿No crees que la canción "Declare Independence" es una total y completa basura?
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