La Reina de la Noche
Con la ingrata carga de ser un rostro “de los 80”, la nena de Brooklyn arribó con la excusa de mostrar ‘Bring ya to the Brink’, un lúcido regreso que homenajea con conocimiento de causa las pistas de baile y el manoseado electropop. El temor era encontrarse con algo similar al bochorno vivido dos meses antes con Boy George, otro héroe de épocas pretéritas que dio pena en su expedición a Santiago en un show sin voz, ideas ni dignidad.
21:15 horas. La música envasada (adivinen de qué década) se detiene. Las luces se apagan y emergen los músicos de apoyo. La última es Cyndi, quien deja una tabla en el suelo, le da tres golpes y esa es la señal para sus acompañantes. La enorme ‘Change of Heart’ es la primera: tanto se embala la popstar que de inmediato se saca los zapatos. Luce un abrigo burdeos y lo que parecen ser unas calzas negras (luego caché que eran pantalones). Su pelo platinado se ve casi blanco y cada 30 segundos hace un gesto clásico con sus clarísimos ojos: abrirlos y cerrarlos con ademán de molestia, como acentuando la gravedad de la historia que narra.

‘¿Cómo Está?’, grita con tono gringoide, antes de empezar ‘Grab a Hold’. Teclado, bajo, batería, guitarra y una corista la asisten en la cruzada; mientras tanto, ella parece haberse propuesto estrechar todas y cada una de las manos que se alzan para tocarla o entregarle un regalo. Esto genera una curiosa dinámica con el público el cual, agolpado en las primeras filas, demora la partida del track al aprisionar los cables de la guitarra acústica que la intérprete tocará. Es cuando surge ‘Mamá Cyndi’, quien se da tiempo para ser cariñosa y cercana, pero no se hace problemas en quedar mal, reprendiendo o silenciando al mortal que le quite el control de la situación.
Tras ‘When You Were Mine’, Lauper sigue empuñando la acústica y se manda una melodía de estructura reconocible que acaba siendo una orgánica versión de ‘She Bop’, muy lejos de ese pastiche electropop que le subió el pelo a infinitas fiestas: acá, la intención va enfocada en la intensidad de la interpretación, lo cual no hace extraño trazar un paralelo con Stevie Nicks. Eso sí, ella misma se encarga de los clásicos silbidos del tema. En respuesta, la gente le lanza regalitos, flores y hasta una bandera con el arcoiris.
‘Echo’, de su reciente trabajo, no acaba de convencerme con su letanía ambient; no obstante, ‘Into the Nightlife’ lo logra al instante con su beat discotequero, primo directo del ‘Confessions on a Dancefloor’ de Madonna. La canción tiene todos los trucos que enseñó Moroder hace 30 años y que todos aprendieron a la pata. Ella insiste en acercarse a la primera fila, pudiendo cantar desde el centro del escenario. La mecánica será la misma toda la noche: se acercará a sus fans, ellos no la soltarán, ella los retará como mami y ellos les seguirán regalando cosas.
Es momento para una pausa. Al regresar al escenario, Cyndi dice ‘muchas gracias’ y recibe una bandera con la que se arropa. Ella dice: ‘sorry, mi espaniol es terrible. Pero mi inglés también es terrible..’. La diva evoca su visita anterior, la del ’94, y recuerda que el track venidero fue escrito en Sudamérica. ‘La pueden cantar porque es fácil: tiene muchos ‘Hey’, dice. Lo que llega es ‘Sisters of Avalon’ y pegadita, una sorpresa: ‘The Goonies R Good Enough’, un track que en Argentina sonó sólo gracias al clamor popular.
La cantante sigue recibiendo innumerables regalos, pero ahora llama a la calma. En el centro del escenario, acompañada sólo por su guitarra de mesa, comienza a cantar a capella ‘Rain on Me’ y la pega con la más coreada de la noche, ‘Time After Time’, en una versión para poner los pelos de punta. Al final, la ovación es total. Pero hay más.
Para el cierre, no podía faltar el himno ‘Girls Just Wanna Have Fun’. Consciente de lo que se espera de ella, Cyndi la interpreta muy fiel a la versión original aunque en el bloque final se entusiasma con los tambores afro y le sale un cierre casi en clave de reggaeton. Los músicos salen del escenario y el público, que en su mayoría ya no está para estos trotes, está listo para partir. Pero queda el último saludo: la diva vuelve. Sola frente a sus fans, se manda una conmovedora ‘True Colors’, llena de intención y cantada con más fuerza aún para aquellos que la ven como la madre que los dejó ser, la que los validó, la que defendió que puedan ser como quieran. Total, en la noche se ven muchas cosas y Cyndi, que es pájaro nocturno, ya las vio todas.
Setlist: Change of Heart / Set your Heart / Grab a Hold / When U were Mine / She Bop / Echo / Into the Nightlife / All Through the Night / I Drove All Night / Money Changes Everything // Sisters of Avalon / The Goonies R Good Enough / Rain on Me / Time After Time / I’m Gonna Be Strong / Girls Just Wanna Have Fun / True Colors
(Gracias a Macarena Gómez por las fotos)
1 Comments:
Gran concierto. Una gran cantante que no requiere de elementos audiovisuales ni una gran banda para demostrar sus dotes artísticos, que no han envejecido, sólo madurado.
Saludos
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