felipe arratia

Saturday, March 07, 2009

Triple Pack (otra vez)

Rock clásico, reggaeton y teen pop. Todo en un fin de semana. La oferta amplia y el desprejuicio se confabularon para que en tres días pudiera presenciar shows muy distintos. A saber:

DEEP PURPLE (TEATRO CAUPOLICAN, JUEVES 26 DE FEBRERO)

A pesar de que han venido 35 veces (con caída de torre de sonido y todo), nunca los había visto. Las leyendas setenteras metieron casi 4 mil personas al Caupolicán en la semana del Festival, dando cuenta de la popularidad de estos números en Chile.

La primera anomalía fueron las sillas en la cancha. ¿Creen que alguien vio el show sentado? Cuec. El quinteto, con tres miembros originales, hizo un set de memoria: tocaron el grueso de sus hits e hicieron esos solos eternos que su público les exige. La base rítmica estuvo impecable pero Ian Gillan, en gran estado físico, fue la mayor anomalía. Parece que el frontman se resfrío en Puerto Montt y tras 10 minutos de concierto, no volvió a llegar a ningún tono. Sólo el karaoke masivo lo salvó.

Al menos siempre será inolvidable presenciar en vivo canciones como ‘Hush’, ‘Burn’ y ‘Smoke on the Water’. Cualquiera se siente un ‘socito’ al escuchar esos riffs. Es una laminita más para pegar en el álbum de los shows en vivo.

LO MEJOR: La partida con ‘Highway Star’. De repente, me apareció un pañuelo en la cabeza, un signo demoniaco en mi mano y una Harley Davidson a mi lado.

LO PEOR: La voz de Ian Gillan. Su resfriado registro se acabó a los tres temas. Durante el resto del show fue un fantasma.

DADDY YANKEE (FESTIVAL VIÑA, VIERNES 27 FEBRERO)

Tras presenciar su aplastante debut en Viña 2006, no me perdía por nada el ‘bis’ del ‘Cangri’. El boricua abrió con ‘Jefe’, ‘Machucando’ y ‘Noche de Entierro’, tres claras muestras de sus virtudes: sentido del show, talento asombroso para frasear y energía inagotable y pegajosa que hace bailar por osmosis. En ‘King Daddy’, la intro entra por tus oídos, y sigue directo a tus caderas sin detenerse en tu cerebro.

Llegó el jefe, empezó la rumba. Esto no para’, decía a cada momento el dueño de la fiesta. Y quien podría contradecirlo después de escuchar ‘Pose’, ‘Seguroski’, ‘Machete’, ‘Tu Príncipe’ e ‘Impacto’, una tras otra. Además, tiene un magnetismo envidiable: sus convocatorias a alzar celulares y cámaras parecían un mando entre el público; de hecho, la gente hacía silencio total cuando les hablaba, las mujeres le ofrecían sus guaguas para que las tome y hasta la dupla Za-Sa se rindió a sus pies.

En ese contexto, con ‘Rompe’ como clímax (¿Es posible quedarse quieto con esa canción?), el resto del set fue sólo confirmar su exploración en otros territorios. ‘Somos de Calle’ lo confirmó como el mejor MC de habla hispana, y en ‘Llamado de Emergencia’ (indiscutida canción del verano) demostró que también puede jugar a ser Juanes si se le da la gana.

He visto mucho reggaeton en vivo y, excluyendo a Calle 13, todos se ven como un chiste de mal gusto al lado de Daddy Yankee. El ‘Big Boss’ tiene ideas, talento, ambición y repertorio para quedarse con nosotros por un buen rato. ¿Moda pasajera? El reggaeton, tal vez; Daddy Yankee, no.

LO MEJOR: Con un setlist sin puntos bajos, los momentos extramusicales hicieron del show algo inolvidable: la presentación de Don Francisco, el video hecho por un fan para ‘Somos de Calle’ y en especial, la dinámica ‘Foto-Flash-Foto-Flash’.

LO PEOR: El grosero corte que la producción le dio al show en la Quinta. Por pauta, Daddy tenía tres temas más, pero lo bajaron igual. 15 mil personas eufóricas tuvieron que irse con la cola entre las piernas a pesar de que el show terminó a las 02:20, hora de inicio de Roger Hodgson dos días antes.

BACKSTREET BOYS (MOVISTAR ARENA, 01 MARZO)

Caí por casualidad en este concierto, ya que fui convocado para la abortada transmisión de Radio Activa. Despojado de la labor que venía a cumplir, me limité a ver el show. Puntuales, los cuatro BSB se posaron en el Arena con batas de boxeadores y ‘Larger than Life’ mezclada con la música de ‘Rocky’.

Cuesta hablar de lo que pasa sobre el escenario cuando a tu lado niñas de 10 a 35 años se arrancan los pelos, lloran desconsoladamente, gritan sin parar o derechamente pierden el conocimiento. Nick, Howie D, A.J. y Brian aún logran el efecto. O al menos, lo tienen con personas que los esperaban hace 11 años.

Durante la presentación abundan las frases del ‘Manual del Galán’: la verdad, da lo mismo lo que digan. Aunque pronuncien una ecuación o una solución química, el aullido viene garantizado. Por lo mismo, no hay necesidad de un esfuerzo mayor en términos físicos y ellos lo entienden así, ya que bailan como gente de 30 y tantos años: parejito.

Tras un peak con ‘I Want it That Way’, el cuarteto hizo el mínimo esfuerzo con un bloque de lentos largamente coreados. En ‘Quit Playing Games’ subieron una imagen de cartón (como las de los revelados de fotos) del retirado Kevin, generando un nuevo delirio hormonal.

¿Otros momentos? La version ‘spanish’ de ‘I’ll Never Break your Heart’ (la más coreada) y el final eufórico con ‘Everybody’. Simpáticon, pero en un show donde lo importante no es lo que pasa en escena, no se puede aspirar a más que una simple anécdota.

LO MEJOR: Ver en vivo como enloquece la gente por un número musical. Llantos, aullidos, desmayos, histeria. Fueron dos horas en el manicomio. Muy divertido.

LO PEOR: Darme cuenta de que conozco más de 10 canciones de BSB. No le cuenten a nadie.

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