felipe arratia

Thursday, July 02, 2009

Lindo

Lo de Liniers era un secreto entre los dos. Cuando la Martina me contó que el argentino vendría a Chile, se nos iluminó la cara: por fin nos encontraríamos cara a cara con el tipo que tantas veces nos hizo sonreir de forma silenciosa y cómplice con esos dibujos kamikaze.

Pocas veces se puede decir de verdad que un dibujante ha creado un mundo propio. Y la palabra en la calle dice que Liniers es el nuevo Quino, o el Quino del Siglo XXI, gracias a esa mezcla de ternura y humor con toques de hardcore, cuando la ocasión lo amerita. Es difícil no amar a cada uno de sus personajes: los Pinguinos, la aguda Enriqueta, Olga, el gato Fellini, el Señor que cambia los nombres de las Películas, Picasso, el Hombre Misterioso, los Duendes, él mismo Liniers dibujado como conejo, y tantos otros.

Por eso, ese lunes 22 de junio yo tenía un nervio rico que no sentía hace mucho. Después de años de saltarme filas y de credenciales all access, volvía ser un fan común y silvestre al encuentro de su ídolo. Llegué a la librería Catalonia las 16:30, media hora antes de que partiera la anunciada firma de dos horas, y la Martina llegó al ratito. Ahí supimos que en lugar de autógrafos, él haría un dibujito a cada persona. Wow! Fue ahí también que nos dimos cuenta de que el ‘secreto’ era compartido por muchísimos más de los que nos podíamos imaginar.

Pero no contábamos con algo obvio: la librería le dio prioridad a quienes habían comprado sus ‘Macanudo’ ahí mismo y los que íbamos con nuestros propios libros tendríamos que esperar un buen rato. Puede parecer ridículo pero es cierto: ha sido una de las esperas más bonitas que me ha tocado. La mayoría de los presentes respetó el acuerdo, todos estaban ultra ansiosos y comentaban qué dibujo pedirían.

Daba la extraña y única sensación de que efectivamente los fans de Liniers comparten una sensibilidad en común, y, como la tira comica, hicieron todo lo posible por hacerle grata la espera a los demás en la fila que seguía engrosándose sin parar (más tarde supimos que Liniers firmó libros por 7 horas, hasta las 12 de la noche. La fila llegaba hasta la Costanera).

Fue recién a las 20:30 horas que logramos subir al Olimpo y ser recibidos por el maestro, luego de que lo autorizara Ramón, el locatario. La Martina le regaló a Liniers una de las chapitas que mandó a hacer con sus personajes y le pidió que le dibujara una Olga, el celeste amigo imaginario. Por mi parte, le pedí un pingüino y él lo dibujó con un pájaro en la cabeza. Le dijimos que iríamos a verlo a su show con Kevin Johansen y él nos prometió que se abstendría de cantar.

No creo que hayamos estado más de 5 minutos con él. Pero la sonrisa de oreja a oreja que la Martina y yo teníamos no se nos borró hasta el otro día. Y todo por un dibujito. O por querer formar parte de otro mundo. Qué lindo.

(Si no conoces a Liniers, aquí hay algo de su trabajo)

1 Comments:

Blogger Cleo said...

ay! es que es el guen cabro que es cool, entonces es tan humilde y expresa mucho o todo en sus dibujos y es tan simple, pero te encanta hasta con los personajes que salen "la" vez.
Usualmente me cuesta engancharme con las cosas, y con Liniers no fue diferente, me recomendaste el libro y no lo lei hasta medio año después y mi mami me miraba como si estuviese loca porque me reía sola...
Liniers es como esa canción timida pero de melodia encantadora que mata y alegra el corazoncito al menos por unos instantes.
Gracias Feli por presentarmelo!

10:33 AM  

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