¿Are you Havin’ a Good Time?
El truco era ingenioso pero ni en sus mejores sueños Stanley y Simmons pudieron imaginar que 35 años después, el público continuaría gozándolo. Kiss llegó por tercera vez a Chile como gran cierre del soñado Pepsi Fest; en esta ocasión, el show acusaba una condición única: en 1994 llegaron a cara limpia y con Black Sabbath, y en 1997 tocaron junto a Pantera (que dieron un show impactante) y se presentaron con los disminuidos Ace Frehley y Peter Criss. Esta vez, con músicos en su mejor forma y sin teloneros, los cara pintada podían hacer historia.
Eso sí, la llegada fue caótica. Era el debut del Estadio Bicentenario de La Florida como lugar para conciertos y estuvimos cerca de vivir en carne propia la película ‘Detroit Rock City’, esa misma en que un grupo de fans de Kiss tiene mil trabas para llegar a ver a sus ídolos. Las vías de acceso al recinto estaban super obstruídas y no nos ayudaba en absoluto que fueran las 7 de la tarde de un viernes.
Ya en el estadio, la sobrecarga de estímulos fue vertiginosa. El giganteso telón con el clásico logo que ocultaba la pirotecnia cayó pasadas las 21:30 horas tras ‘Won’t Get Fooled Again’ de The Who. Segundos antes, en cancha Vip, vi salir de su camarín a los músicos ya caracterizados en sus personajes. La partida con ‘Deuce’ es de antología: el volumen es peligrosamente alto, las lenguas de fuego literalmente queman mi cara y las explosiones de petardos me van a infartar en cualquier momento. Es como si estuviéramos celebrando el mejor Año Nuevo ever.
Gene Simmons, el ‘Demonio’, encabeza la misa negra. Es el quien alterna funciones entre cantar la canción y, más importante, sacar su mosntruosa lengua y mostrársela a todo el que quiera ver. Luego, ‘Strutter’ prolonga el éxtasis y reúne en el centro de la escena a Simmons, Stanley y el ‘Spaceman’, Tommy Thayer, tocando sus instrumentos en coordinación perfecta. Tras el tema, Paul Stanley asume la vocería y anuncia que ‘tonight’s the night’, le manda saludos a la ‘Kiss Army’ de Chile y, cual papá moderno, dice que comprende nuestros sentimientos.
Con el comienzo de ‘Got to Choose’, queda claro que este será el mismo setlist que los neoyorquinos mostraron en Europa durante el 2008. El ‘Starchild’ saca su veta popular y hace cantar al público partido en dos, cual animador del barrio Suecia. Por su parte, en ‘Hotter than Hell’, Simmons alza sus alas de cuero tipo vampiro y pide palmas en el espectacular solo de Tommy Thayer. El track acaba con uno de los más legendarios trucos del cuarteto: el ‘demonio’ escupiendo fuego.
Tras piropear a una chica (‘Hola, guapa’), Stanley anuncia una canción de ‘Kiss Alive’. En realidad no sale originalmente ahí (es de su CD debut, ‘Kiss’), pero ‘Nothin’ to Lose’ da paso a una sucesión de varias canciones del legendario disco en vivo en el mismo orden de esa placa: ‘C’mon and Love Me’, ‘Parasite’ (más rápida y metalera, con Stanley arrodillado), ‘She’ (con extraordinario solo de Tommy Thayer que al final detona tres explosiones con su guitarra, mientras Simmons anuncia ‘We want to comeback. You’re family, Chile’), ‘Watching You’ y ‘100.000 Years’ (por fin vemos al ‘Gato’ Eric Singer luciéndose mientras su batería es elevada a varios metros del suelo). A Stanley sólo se le escucha una frase entre tema y tema: ‘¿Are You Havin’ a Good Time?’.
El ‘Starchild’ toma su guitarra y, como un adolescente cualquiera, juguetea con los acordes de ‘Stairway to Heaven’ para dar paso a ‘Black Diamond’, que tiene en la voz principal al batero, Eric Singer. La última de la tanda es ‘Rock and Roll All Nite’ y si ya dijimos que esto parecía Año Nuevo, ahora parece que está tocando el mismísimo Tommy Rey (como dijo mi amigo Seba): al fuego y las explosiones, se suma una lluvia interminable de papelitos que tapan todo el estadio. Qué postal.
Tras breves minutos de oscuridad, la vuelta es con una curiosa situación: el cuarteto usa el lleno total del estadio como telón de fondo para grabar un spot anunciando el venidero tour por EEUU. Lo que resta del show son sólo himnos, y partimos con ‘Shout it Out Loud’ que gana el premio a la mayor explosión de la noche: aquí sólo queda cantar a todo pulmón. Le sigue ‘Lick it Up', la única representante de su periodo a rostro descubierto.
Llega el momento estelar de Gene Simmons: el ‘diablo’ toma su bajo con forma de hacha y vomita sangre. Luego, es alzado por los aires y desde el nivel más alto de la estructura interpreta ‘I Love it Loud’. Luego, sus compañeros regresan a escena para una gloriosa ‘I Was Made for Loving You’ con esos beats disco que la convirtieron en leyenda.
Para el final, Stanley toma un cable y apoyado de un pedestal, cruza por los aires toda la cancha hasta llegar a la torre de sonido ubicada en el centro del estadio. Desde ahí, el cantante de Kiss interpeta ‘Love Gun’ ante una impactada audiencia. El cierre llega con ‘Detroit Rock City’ sonando en grande y con una cantidad de fuegos artificiales suficientes como para hacer un mes de Año Nuevo en la Torre Entel. Inolvidable.
Los inconformistas de siempre dirán que faltaron ‘I Want You’, ‘Beth’ o ‘Crazy Nights’. Después de lo que vi, da lo mismo. Al borde de cumplir 60 años, Simmons y Stanley se niegan a dejar de testear a diario su impacto. Ya no es por plata (aunque es un factor importante): es sólo por buscar si persiste una certeza: ‘¿Are you Havin’ a Good Time?’
Setlist: Deuce / Strutter / Got To Choose / Hotter Than Hell / Nothin To Lose / C’mon And Love Me / Parasite / She / Watching You / 100.000 Years / Cold Gin / Let Me Go Rock'n'Roll / Black Diamond / Rock And Roll All Nite / Shout It Out Loud / Lick It Up / I Love It Loud / I Was Made For Lovin You / Love Gun / Detroit Rock City
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