Siempre es Hoy...para Cerati

Han sido días de harta música en vivo, y eso ha redundado en trasnoche, sueño, y menos inspiración y tiempo para tener constancia con el blog. Pero ya estamos de vuelta. Ahí vamos:

El centro de estas líneas es el show de Cerati. Pero días antes pasé por otros eventos. A saber: Lucybell estuvieron el sábado 19 en el Caupolicán e hicieron otro maratónico concierto: 2 horas y media de repaso de su historia con acento en el reciente ‘Comiendo Fuego’ y un valioso rescate de perlas olvidadas como ‘Lunas’, ‘Que no me Vengan con Paraísos’ y ‘Angeles Siameses’. El trío es una máquina en perfecto ritmo de competencia y están sonando al nivel de una banda con ambiciones continentales. Jamás pensé que este grupo no extrañaría a Francisco González, pero así es.

Jueves 24, Arena Santiago: Llegué al final de los siempre eficientes Tronic para este festival de pop punk que tuvo menos convocatoria que un partido entre Magallanes y Curicó. A pesar de sus canciones entrañables, El Otro Yo dieron uno de los shows más planos que les he visto. No se le puede echar toda la culpa al mediocre ‘Espejismos’ (2004); parece ser que la salida de Ezequiel Araujo trajo efectos: Cristian Aldana ya no posee esa estampa de caudillo alternativo que le conocimos en míticas tocatas en la Laberinto. Para la otra será...

¿Y Yellowcard? Mmmm, durante la hora que estuvieron en el escenario, sonaron bastante bien. Quizás si tuviera 16 años, pensaría que son super originales y entretenidos. Pero no los tengo y, salvo ‘Way Away’ y ‘Lights and Sounds’, su set se me hizo eterno y reiterativo.

Eso sí, la entrevista con la banda estuvo buena: Sean (violín, voz) y Pete (bajo) reconocieron que Bush es lo peor y saben que por ser gringos, todos los extranjeros los ven como idiotas; renegaron del pop punk aunque dicen ser amigos de los Simple Plan. Ahora sólo les falta hacer discos que no se parezcan a todo….

A lo que vinimos: Gustavo Cerati llegó para mostrar ‘Ahí Vamos’, su cuarto esfuerzo solista. Y me sorprendí mucho con la convocatoria: para el lanzamiento del cool ‘Siempre es Hoy’ sólo hizo un Estadio Víctor Jara. Ahora, dos Teatros Caupolicán se hicieron chicos. Curioso. Yo fui al segundo show, y el comentario generalizado del primero fue el volumen de las guitarras, alto hasta el límite de lo saludable.

Para la jornada de sábado, Cerati atendió esa crítica y se moderó, permitiendo una mezcla más amable y equilibrada. En cuanto a repertorio, la declaración de principios llegó con los primeros acordes: ‘Al Fin Sucede’, ‘La Excepción’ y ‘Uno entre Mil’, las tres primeras de sú último CD, pegadas con ‘Adios’, ‘Bomba de Tiempo’ y ‘’Caravana’. Puro Cerati 2006. Cero Nostalgia. Full Novedad. O estás con nosotros o estás en contra.

Y la sorpresa es que el público lo apoyó a morir, cosa poco habitual en un país reticente a lo fresco y siempre pegado en los hits del pasado. Es cosa de visitar cualquier discoteque del litoral y ver como los Soda modelo ’86 siguen siendo plato fuerte. Incluso recuerdo cuando Cerati tocó en el Teatro Providencia con el proyecto electrónico Plan V: cuatro tipos parados sobre el escenario haciendo música con laptops y frente a ellos, las cinco primeras filas de minas histéricas pidiendo ‘La Ciudad de la Furia’ o ‘Canción Animal’. Dialogo de sordos…

Nota aparte para la sólida banda de apoyo de Cerati, partiendo por el ex–Fricción y ex–7 Delfines, Richard Coleman. Ahí está la evidencia del presente guitarrero de Cerati: en trabajos anteriores su mano derecha era el músico electrónico Flavio Etcheto, y ahora el hombre fuerte es Coleman. Completaron el cuadro Leandro Fresco (teclados), Fernando Nalé (bajo) y Fernando Samalea (batería), compañeros de viaje con mucho oficio para apoyar el prolijo sonido del ex-Soda Stereo.

Al llegar el momento de recorrer el pasado, el trasandino se las arregló para remozar su catálogo y tocar los clásicos con arreglos nuevos. El mayor salto al pasado fue con ‘Ecos’ y la épica ‘Prófugos’. Personalmente, morí con ‘Toma la Ruta’: nunca imaginé que la iba a escuchar en vivo, después de rayar 'Dynamo' (1992) en mi equipo de música.

El bloque acústico tuvo como estrella la rompecorazones ‘Té para 3’, a la que le siguió pegadita ‘Avenida Alcorta’ de ‘Amor Amarillo’ (1994), un pedazo de mi vida hecha canción. En el bis, Cerati volvió con ese clásico instantáneo llamado ‘Crimen’ (con ese fraseo taaan Cerati que nos tiene a todos cantando ‘que otra cooosa puedo hacer?’), la sexy ‘Paseo Inmoral’ (con guiño a ‘Jean Genie’ de Bowie, incluído) y para el cierre, ‘Planta’ de la etapa terminal de Soda, la poderosa ‘Puente’, y un futuro hit: ‘Jugo de Luna’.

Cerati es tan parte de mi vida que lo siento como de mi familia. Para mí, sus canciones son: veraneos en Tongoy; la Maca, mi primera polola; el día que salí del colegio viendo el lanzamiento de ‘Sueño Stereo’ con mi viejo; el último concierto de Soda en tribuna Andes; el show sinfónico entrevistando a mi amor platónico Cecilia Amenábar; mi única conversación con el maestro, y el lanzamiento de ‘Siempre es Hoy’ junto a la flaquita cuando tenía el pelo largo.

Lo del sábado fue un reencuentro con un pariente al que estimas mucho pero no ves tan seguido. Y a la familia no se le critica: se le acepta. Nos vemos en el Festival de Viña, Gustavo!