¿Why Can't We Be Friends?

Sí, lo sé. Ellos son RBD, y a la izquierda de Poncho estoy yo. De Pixies a RBD sin escalas. Pueden tirar la primera piedra, por favor.

Las sorpresas de trabajar en una radio 'para los lolos' hicieron que, sin tener ni la menor onda con la música de estos cuates, tuviera la chance de conversar con ellos en vivo para todo el país el jueves pasado en el Hyatt.

Lo que me ha llamado la atención de todo esto es que cuando le he comentado esta anécdota a algunos amigos con gustos musicales 'shúper lokos', ellos han reaccionado como si me hubiera juntado con Bush y no le hubiera pedido que resuelva la cagada en el Líbano.

¡Vaaamos! No seamos más papistas que el Papa. Todos tenemos un pasado musical, y no partimos precisamente escuchando a Massive Attack. A todos nos gustaron cosas que hoy día nos harían enrojecer. Mi pasado musical está lleno de New Kids on the Block y MC Hammer. Y a mucha honra, ya que todavía creo que ambos tenían canciones buenas. O entretenidas a lo menos. Esos personajes hicieron que me pusiera a ver 'Más Música' y 'Sábado Taquilla' sistemáticamente, y más tarde descubriera a las bandas de mi vida.

El público objetivo de RBD no supera los 17 años. Y después, bueno, habrá que escuchar otras cosas, ¿no? Lo divertido de estar cerca de estos fenómenos es ver cómo las niñas descargan su fanatismo infestado de hormonas, algo que cuando creces se va desvaneciendo en un juego de apariencias. Te vas haciendo viejo y ya nadie está tan dispuesto a exteriorizar su locura por tal o cual artista (aunque por dentro estén ardiendo). A mí esa euforia me parece total.

Yo no estoy ni ahí con comulgar con esas apariencias y si voy a ver a un artista que me gusta, no me voy a sentar en un palco de prensa a 500 metros del escenario para chaquetear en grupo con los amigos de la prensa. Yo me voy a la cancha, o donde pueda vivir de modo más completo lo que vienen a mostrarme. Como un fan. Como lo que soy.

El próximo 03 de noviembre, cuando RBD se presente en el Estadio Nacional, va a ser el mejor día en la vida de un montón de niñitas. Eso nunca puede ser malo. Total, después se les va a pasar. Y se pondrán tan rojas como yo cuando me mencionan a Jordan Knight.

¡Ahh! Y por lo demás, Dulce María está como quiere....