felipe arratia

Wednesday, February 27, 2008

Smell Like Teen Spirit

Las tres niñas a mi lado visten corsets que envidiaría Morticia Adams: lloran sin parar, gritan como cerdos en un matadero, se agarran los pelos, y se azotan contra una reja de contención en un ejercicio que mezcla masoquismo con histeria. Durante 85 minutos hacen las cuatro cosas al mismo tiempo. No están solas: otras 9 mil clones de Emily the Strange en el lugar no distan demasiado de esa escena.

El ruido sordo hace que la escena sea surrealista: sobre el escenario, una banda trata de interpretar sus canciones; abajo, los que queremos escuchar no lo logramos. El griterío de la fanaticada es tan agudo que un perro en Peumo podría escucharlo. Bienvenidos a My Chemical Romance.

Traídos a Chile por una productora novata, la banda de Gerard Way llegó en el peak de su popularidad (deben ser la banda anglo con más fan clubs en Chile hoy en día), pero a la luz de los problemas de producción y seguridad, eso parece que lo sabíamos sólo los que estuvimos el domingo 24 en Arena Santiago.

Recién llegados, los de New Jersey fueron recibidos por una horda de locas peligrosas que derechamente derribaron al suelo a Gerard Way y otros de la banda. Por lo que se supo, hasta el responsable de seguridad del aeropuerto hizo entrar a su hija a policía internacional….

Más tarde, las cosas no mejoraron: en una situación inédita en los últimos 15 años, la banda fue hospedada en el Crowne Plaza, hotel de categoría menor. Desde tiempos inmemoriales, las bandas con este nivel se quedan en el Hyatt o el Sheraton. 600 freaks de negro esperaban afuera a que cualquiera de sus ídolos se asomara, azotando cualquier auto que apareciera por el estacionamiento. No ocurrió, pero lo que sí pasó fue que la conferencia del sábado se convirtió en un lugar más tenso que Bagdad. El jefe de seguridad de la banda se vio obligado a actuar como un energúmeno ante la presencia de teens ganadoras de ‘concursos coordinados con la producción’. Mal. Tropical.

Finalmente, y sólo con la gente incluída en un listado previo (como debe ser), se inició la conferencia. Lo primero fue notar la ausencia del guitarrista Frank Iero. Y lo segundo, fue captar el mood de la situación. Al pedirle al grupo que se pusiera de pie para las fotos de rigor, Gerard Way dijo “No, no podemos”…

Sin embargo, y contra todos los pronósticos, el grupo tuvo respuestas interesantes para consultas ídem. Hablaron de internet, de sus fans adolescentes, de comics y otros temas. No pude quedarme mucho rato, porque era momento de preparar todo para la nota exclusiva. A solas, Bob Bryar (batería) y Mikey Way (bajo) resultaron ser muy buenos entrevistados, y con gran disposición para hablar de música y de las envidias que despiertan al haber trascendido largamente la escena del emo. Eso sí, sostuvieron seguir teniendo amigos músicos, como las bandas Taking Back Sunday y Thrice.

Las graves fallas de seguridad del día anterior tuvieron consecuencias: la banda se cambió en la noche al hotel Intercontinental, y la peor parte: la cancelación de los Meet and Greet, dejando en una situación aún más suicida a varias fans que creían que vivirían el día más feliz de su vida.

La banda apareció con puntualidad. Uno por uno, aparecieron dejando para el final a Gerard, quien lucía unos jeans pitillos, chaqueta de mezclilla, y varios kilos de más. Su interacción principal fue con su hermano Mikey, que salió con polera blanca con un estampado de su cara, que parecía hecha por un fan. ‘This Is How I Disappear’ y ‘Dead!’ dieron la partida y marcaron la tendencia de la noche: un show centrado en el exitoso álbum ‘Black Parade’ y el inusitado protagonismo del chascón guitarrista Ray Toro.

Con ‘I`m Not OK (I promise)’, la banda brindó una postal de su sonido en vivo: un hardcore mucho más sucio e intenso de lo que deja ver su preciosista sonido en estudio. Con el correr de la música, quedó en evidencia el pito en el oído que me acompaña hasta hoy, y el escaso interés de Gerard Way por entregar matices con su voz: lo del frontman es pura expresión: salta, grita, pone caras feas, se tira al suelo y sufre junto a sus fans. 100% emo.

Para mí, las mejores postales de la noche estuvieron obviamente en ese temón que es ‘Welcome to the Black Parade’, pero particularmente en la dupleta de ‘I Don´t Love You’ y ‘Teenagers’. Ahí esta la esencia de su sonido, en la bipolaridad. Una es dramática y oscura, y la otra, es juguetona y sexy. Para el final, la banda hizo un bis corto que incluyó la unpluggedDesert Song’, y un cierre épico con ‘Helena’.

Mientras salgo del Arena rodeado por teens sudorosas, escucho varias voces púberes que gritan que es el mejor concierto de su vida. My Chemical Romance podrán ser desprolijos en vivo, pero han leído como pocos la angustia juvenil de estos tiempos, y sólo se preocuparon de ponerle música. 'Sign of the Times', decía Prince.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

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9:16 AM  
Blogger Kiki said...

mmmm,muuuuchoooo

1:56 PM  
Anonymous Anonymous said...

Antes se hablaba de emo y venian a la mente bandas como Sunny Day Real Estate, Mineral, Handsome e incluso los fundacionales Hüsker Dü...pero estas pseudo bandas de niñatos llorones solo dan ganas de ser sordo temporalmente. Puede que la rompan en los rankings y que en vivo crean ser mas rudos, pero es solo otra moda pasajera, otra maquina de hacer dolares a costa de adolescentes manipulables.

4:52 PM  

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