felipe arratia

Monday, February 18, 2008

Todas las Familias son Sicóticas

Margot se ve a sí misma como la medida de todas las cosas. El mundo empieza y termina en ella. Es casada y tiene hijos, pero son sólo satélites que circundan su universo histérico plagado de profundas carencias que jamás se atrevería a reconocer.

Pauline, en cambio, va por su segundo matrimonio, y posee un problema de autoestima, herencia de su hermana dominante y un padre abusivo. Se va a casar con un perdedor y lo sabe, pero con él se siente única, importante, especial.

Ambas dicen ser las mejores amigas, pero no se han hablado en años. Y con razón: no pueden evitar anularse mutuamente; no pueden evitar que al estar juntas surja lo peor de ambas.

Margot at the Wedding” es la nueva película de Noah Baumbach, socio del enorme Wes Anderson y responsable por la autobiográfica ‘The Squid and the Whale’ (Jeff DanielsLaura Linney), crónica del duro divorcio de sus padres. Baumbach es hijo de intelectuales residentes en el pituco Upper West Side de Manhattan, por lo que en sus filmes suele resaltarse la distancia entre altura intelectual y capacidad de amar. Sus personajes pueden ser brillantes, pero afectivamente son inválidos.

La evidencia de lo anterior se presenta ante la simpleza de la mirada infantil. Claude, el hijo de la exitosa escritora Margot Zeller (Nicole Kidman) es quien la acompaña a la boda de su hermana Pauline (Jennifer Jason Leigh) con Malcolm (Jack Black), un artista sin empleo cuya mayor dedicación es escribir cartas a diarios.

Claude hace preguntas porque no entiende situaciones. Y no es porque sea chico de edad: es porque su entorno es absurdo, lleno de contradicciones, donde todos escuchan lo que quieren escuchar. Margot trajo a Claude y no a su marido a la boda no sólo porque ya no se sienta su pareja: su verdadera pareja es Claude, con quien ella se siente validada, necesaria. Además ambos están en momentos parecidos de sus vidas: él, comenzando su vida como hombre y perdiendo el interés en su hogar y ella, separándose y volviendo a mirarse como un ente individual. Como dice el propio Bambauch, “hay una conexión increíblemente poderosa entre Margot y Claude, de la cual Margot a veces abusa. Creo que Margot es tan compleja con sus emociones que no las entiende, por lo que no es capaz de controlarlas”.

Margot no tiene filtro. Es muy crítica con todos los que la rodean, pero también con sí misma. O como dice el director, “es destructiva y frágil por partes iguales”. Sin buscarlo, ella desencadenará el conflicto en la historia. Su regreso a la vida de Pauline es la evidencia de lo difícil que es vivir con y sin la familia. Todo eso, con ‘That’s all for Everyone’ de Fleetwood Mac de fondo.

El gigantesco árbol que sigue adornando la casa paternal de las hermanas es el testigo de un pasado que siempre regresa. Sus raíces podridas que las tienen enemistadas con los vecinos son las mismas de un vínculo que está lleno de rencores y que, sin embargo, ellas aún no quieren cortar de cuajo. Como le dice Pauline a Margot, “es difícil encontrar gente en el mundo a la que ames más que a tu familia”. No es cierto, pero ellas quieren creer que sí.

1 Comments:

Blogger Jorge Saavedra said...

Es precisamente en estas líneas, en donde te noto mucho más cercano en cuanto a la redacción y lo que en verdad sientes, al ver una película o escuchar algún trabajo musical. Felicitaciones humildes por aquello.

6:35 PM  

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