felipe arratia

Tuesday, November 07, 2006

Human After All

El bajo penetra en ‘Da Funk’ y tu cuerpo te deja de pertenecer. Es hipnosis pura: esos malditos robots metieron algún chip en mi cerebro y ahora no puedo dejar de mirar fijo a la pirámide y sus colores: rojo, verde, morado, azul, y los demás. Ya había visto a los autómatas 4 meses antes (en el Festival Summercase de Barcelona), pero la capacidad de sorpresa se mantiene intacta. Daft Punk nos mostraron cómo son los conciertos del futuro, y la vista no está nada de mal.

Como plato de entrada, DJ Shadow maravilló sobre las tornamesas con sus ritmos quebrados y su híbrido de sesión electrónica con jungle y style hiphopero. Yo aún no olvido la primera vez que escuché ‘Endtroducing’ y esos tracks finales con el sample de Tears for Fears con el cual áun sueño.

A las 23:45 horas, la partitura del filme ‘Encuentros Cercanos del Tercer Tipo’ (igual que con Robbie Williams) permitió que se abrieran las cortinas negras del escenario y pudiéramos ver a la pirámide en todo su esplendor. Desde el primer beat en adelante, la mejor actitud posible era perder la vergüenza y hacer lo que el ritmo te dictase. ‘Robot Rock’ pegó de entrada y dejó en claro que el flojo último trabajo de Daft Punk funciona mil veces mejor cuando se escucha en vivo, como sesión de DJ en lugar de canción con clímax.

No tiene mucho sentido repetir como mono las canciones que sonaron o encontrar pifias porque sí (para eso hay otras personas). Es un espectáculo de música electrónica, pero a diferencia de ver a un DJ pinchando discos, lo de Daft Punk es un espectáculo integral. Ver este show me hace entender porqué odié a los Chemical Brothers cuando vinieron: en aquel evento no importaba demasiado lo que ocurría en el escenario, sino que simplemente había que cerrar los ojos y moverse: actitud de discoteque. Pero es difícil generar intimidad de club bailando en un sitio tan impersonal como….un estadio.

Acá, en Daft Punk, todos esos detalles cambian. Sigue siendo un show de tipos que mueven perillas, pero supieron construir un concepto muy superior detrás de eso: un lugar cerrado, un setlist contundente y claro, imperdibles estímulos para mirar al escenario.

En el mismo estilo del notable show de Kraftwerk, los androides del ritmo aprovecharon todos los rincones del escenario para iluminar formas, palabras y hasta paisajes. ¿Momentos sobresalientes? ‘Technologic’ (ilustrando las letras en el fondo del stage), ‘Television rules the Nation’, la mezcla entre ‘Around the World’ y ‘Harder, Better, Faster, More’, y por supuesto, la eterna ‘One More Time’. Subrayo que resultaba surreal el infinito abanico de opciones que ofrecía la pirámide para proyectar todo lo que tu inconsciente deseara. En un show de Daft Punk, música e imagen son hermanos siameses.

Para el final, los galos dijeron adiós tras una hora y cuarto de sesión, y todos quedamos con gusto a poco, como cuando se desenchufa una aspiradora que está a full. Pero no importaba: para ese minuto, mis pies ya se habían despegado del suelo y estaba en otro lugar, muuuy lejos.

Si alguien aún cree que lo de Daft Punk es pura forma sin ningún fondo, puede leer esto:

Y si sólo quieren ver lo que se perdieron o gozaron, vean cómo la rompieron los franceses en el Coachella:

0 Comments:

Post a Comment

<< Home