felipe arratia

Wednesday, August 29, 2007

Contemplativo, No Combativo

Los cabros de CHC son bichos raros en la escena de la música nacional: son una anomalía, una excepción que confirma la regla. O aún mejor, que juega con reglas propias. El proyecto liderado por Sebastián Silva presentó el martes por la noche en la Sala Master su tercer disco, ‘La Cosa’, otra colección de himnos químicamente pop, disfrazados con pelaje hiphop.

Verlos y disfrutarlos nuevamente en vivo me recordó una pregunta que me he hecho muchas veces antes….¿Porqué no pescan a CHC? ¿Qué hace de ellos un especímen de destino incierto en la fauna musical chilensis? Veamos:

1 ORIGEN: En su génesis, Silva (apodado ‘Joven’), Gabriel Díaz (‘Palabra’) y Pedro Subercaseaux (‘Piedra’) fueron muy cuestionados: su origen abolengoso y líricas hippies no encajaban con el esterotipo marginal del hiphop nacional. Panteras Negras, Tiro de Gracia y Rezonancia nos tenían malacostumbrados. La sensación inicial era ‘qué onda estos cuicos que se vinieron a este vecindario’. Hey, no me miren feo a mí…eso era lo que se decía.

2 INDEPENDENCIA: La maquinaria de las disqueras, presionando por sus singles prioritarios y montando acciones de marketing, no existe en CHC. No hay palos blancos llamando a las radios ni tocatas gratis en el Liceo ‘XYZ’ para congraciarse con la emisora de turno. CHC apuestan con alto riesgo: creen que sus canciones deben sonar porque son buenas. Hasta ahora, el saldo es insuficiente.

3 SOPORTE: Salvo cuando tocan en vivo, sus discos son muy complicados de encontrar. Peor aún, la banda los regala en su sitio web. Sí, leyeron bien, los regalan. Coincidamos en que no son tipos que necesiten dinero para vivir; pero al menos sí necesitan recuperar la inversión que implican equipos de amplificación, instrumentos y horas de estudios de grabación ¿Dónde está el negocio entonces? ¿Cómo se hace crecer al proyecto? Buena pregunta; tan buena que no tengo respuesta.

4 CONSTANCIA: En medio del lanzamiento de sus anteriores placas, no ha sido raro que alguno de sus miembros se marche 6 meses a Nueva York o México por motivos personales o profesionales. Ello redunda en planes de promoción que quedan truncos y suspensión de tocatas hasta nuevo aviso. Resultado: el público se olvida de ti.

5 DISPERSIÓN: No es sencillo para un grupo aspirar a las grandes ligas cuando todos sus miembros despliegan su energía en diferentes actividades: proyectos paralelos, exposiciones, dibujo de comics, etc. Quizás el más bullado de todos sea el filme ‘La Vida me Mata’, debut de Sebastián Silva como director, y de Gabriel Díaz como actor. Todo bien con la diversidad artística, pero hay un tema práctico: ¿A qué hora se compone, se ensaya, se graba, se promueve y se toca la música?

Todo lo anterior daría lo mismo si no fuera por un detalle: CHC es un EXCELENTE GRUPO con EXCELENTES CANCIONES. Y te lo estás perdiendo. En este mismo momento te pierdes la chance de estar escuchando su música.

Su más reciente opus, ‘La Cosa’, se resume en una palabra: concisión. El grupo ya no busca evangelizar con líricas engrupidas ni ocupar espacio en experimentos sin destino. Además, Pedro Subercaseaux se consolida como el nuevo Koko Stambuk: su facilidad para construir bloques sonoros detallistas y juguetones lo convierten en lo más parecido a Pharrel Williams que tiene este país (incluso ambos se calzan la batería cuando sus grupos tocan en vivo). Por su parte, Silva y Díaz son el ying y el yang: uno es euforia y exceso, mientras el otro aporta estilo y oficio. Donde antes sus rimas chocaban emulando a Beastie Boys, hoy intercalan armonías pop irremediablemente beatlescas.

En ‘La Cosa’ sobran grandes canciones. Eso sí, como me ha pasado con toda su carrera, no comparto la elección del single: creo que ‘Pelos’ es un tema correcto, pero demasiado plano. Si bien ‘Fíjate’ y ‘La Cosa’ exhudan hambre de difusión, y ‘Viví’ brilla con un divertido homenaje al Correcaminos, mis elegidas son ‘Cruza el Puente’ y en especial, ‘Superbueno’. La primera es un verdadera alegoría a los freaks donde Silva desnuda sin matices su verdad, y la segunda es un sólido ejercicio de pop que pone tus pies en movimiento y te hace abandonar tu cuerpo por un rato.

A CHC le sobra lo más difícil: un repertorio de exportación. Si se tomaran en serio lo talentosos que son, su obra dejaría de ser secreto de unos pocos. ¿Les interesará? Mi predicción es que en 20 años, sus discos (sí, CD's) se venderán a precios exorbitantes como extrañas piezas de colección. Compre el suyo y asegure su futuro.

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