El Gen del Pop

Es como si Lily nunca hubiera tenido una vida normal. Sin embargo, el primer encuentro en persona es con una péndex que no puede pasar más piola: son las 17.35 horas del sábado 01 de septiembre y ella acaba de bajar al primer piso del Hotel Sheraton tras una larga siesta. Llegó a las 13 horas desde Buenos Aires y luce como esas personas que están TAN cansadas que ya no computan y dicen a todo que sí. Su polera laaarga roja y moño casual dan la sensación de que sólo le falta una almohada y el ‘tuto’.
Lo único que pide Lily es que no le saquen fotos, y se comprende perfecto. Nada de diva: es un recurso humanitario para sus ojeras que luchan por no ser protagonistas de su rostro. Tenemos 10 minutos para conversar y me toca compartir la nota con un negro gringo muy amable. A Lily se le saluda con la mano, nos sentamos y es lo más cerca que estaré de ella: tiene un gran lunar en el hombro, un mini tatoo de Homero Simpson en la muñeca izquierda, un exquisito acento british y una reiterativa mueca risueña.

Lo último que hablamos es sobre su padrino, Joe Strummer. Lily se sorprende al saber que estuvo haciendo una película en Chile (‘Docteur Chance’, 1996), y dice que sólo entendió su enorme relevancia cuando estaba en su funeral. “La imagen que tengo de él es de un tipo tan ‘unpretentious’, siempre con su sombrero y tomándose algo con mi papá”, relata…
Como pocas veces, el tiempo se hace escaso. Lily tiene mucho para decir, y con diez minutos no alcanza. Me quedo medio frustrado, aunque con mi disco autografiado.

El show fue calcado al del Luna Park. Lily entró con ‘LDN’ y luego, la cadenciosa “Nan, you’re a Window Shopper”. De vestido repolludo azul marino, zapatillas, con un copete en una mano y cigarro tras cigarro en la otra, la teen queen comenzó a hacer pausas cada vez más extensas entre tema y tema para compartir con la gente, cual show de stand up. La espléndida “Shame for You” y “Everything’ s Just Wonderful” completaron la postal de ska y dub, antes de la pausa melódica con ‘Littliest Things’, quizás lo más convencional de su primer esfuerzo, ‘Alright, Still’.

De regreso a la cancha, Lily regaló ‘Oh, my God’ de Kaiser Chiefs, ‘Heart of Glass’ de Blondie (la mejor del show) y una que el público exigía a los gritos: ‘Alfie’.
Sigue siendo un orgullo y un agrado recibir a los artistas cuando son realmente relevantes. Creo que es algo que los que pasamos los 25 años valoramos aún más. Lamentablemente, eso debe ir de la mano de una proyección real de su público. De lo contrario, tendremos que agregar un apartado a los resúmenes de fin de año: ‘el mejor show que nadie vio’. Hasta acá, Lily Allen va ganando.
2 Comments:
...son las 3:08 a.m y acabo de terminar de leer toooooooo tu blog...debo decir ke realmente es bueno...
mmmm...por la hora..y por la cantidad de info en mi kabeza, el komentario no será muxo ma largo...xD
bue..te mando mil saludos..y espero seguir deleitandome con tu blog.....
te kuidas
=*
Tendré que ponerle más oreja... creo que ubico una sola canción, por estos días ebria de otro tipo de música.
Un beso.
Saludos al caballero querido.
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