Allen Klein (1931-2009)

En la cariacatura, el robusto Klein representa o mejor dicho, inaugura (junto a Don Arden) la figura del manager ‘piraña’, de actitudes gangsteriles, formas arrogantes e insistencia a toda prueba. Un zar de la letra chica que te deja claro que más vale que estés de su lado de la cancha. Es el mismo Klein que logra sacar de quicio al siempre cool Mick Jagger hasta que el bocón le dice: "Where is my fucking money?", o que es visto como un factor de división en el agrio periodo terminal de los Beatles.
Pero las cosas no son blancas o negras, y el arribo de Klein al fab four ocurrió en medio del caos tras la muerte de Brian Epstein y el despilfarro histórico de Apple. Lennon captó su agresividad y quiso integrarlo a su banda, pero Paul se opuso a perder control y siempre lo resistió, proponiendo a su suegro, Lee Eastman.

Sin embargo, su gran movida fue hacerse cargo de los negocios de los Rolling Stones en 1965, justo en el periodo en que "(I Can't Get No) Satisfaction" llevaba cuatro semanas al tope de los rankings. El estudiante de Economía Mick Jagger vio en el arribo de Klein la chance de convertirse en rivales serios de los Beatles, y tomar una parte de la enorme tajada de los de Liverpool. Ya como manager absoluto de los Stones, a Klein le tocó manejar crisis como las emboscadas de la policía a Jagger y Richards o la muerte de Brian Jones. La relación terminaría muy mal: tras finalizar su contrato formal, y molestos con varias triquiñuelas de Klein, los ingleses trataron de tener una salida limpia, pero no lo lograron.
Por décadas, el catálogo sesentero de los Stones fue controlado a nivel financiero por ABKCO, la compañía de Klein. Entre otras cosas, ello implicó que los Stones no pudieron usar esas canciones en discos en vivo hasta 1977; que Klein lanzó todos los compilados que se le ocurrió con ese material sin consultar a nadie, e incluso que sacó un disco de descartes de ese periodo Stone (‘Metamorphosis’), al mismo tiempo que los británicos lanzaban un recopilatorio ‘oficial’ (‘Made in the Shade’). Recién hace siete años las partes llegaron a un acuerdo y los Stones finalmente pudieron lanzar un Greatest Hits como Dios manda (‘Fourty Licks’).

Apenas entró en escena, Klein cortó toda entrega de efectivo a la boutique de Apple, sacó de sus acomodados puestos a históricos colaboradores como Neil Aspinall y Mal Evans y, lo más destacado, renegoció el contrato con EMI y Capitol, asegurándoles el más alto porcentaje de regalías para un artista hasta entonces: 25% por ventas en EE.UU. ¿La nota chilensis? Por sugerencia de Lennon, Klein adquirió los derechos de la película ‘El Topo’ de Alejandro Jodorowsky, y financió su siguiente obra, ‘La Montaña Sagrada’.
Curiosamente, fue de las oficinas de ABKCO de donde salió May Pang, la amante de Lennon durante su ‘Lost Weekend’. La estadounidense de padres asiáticos trabajaba como secretaria en la compañía y se le encomendó la misión de ayudar a John y Yoko a trasladarse a EE.UU., tal como ellos deseaban.
Al terminar su contrato con Klein, en 1973, John, Ringo y George decidieron no renovarlo; es más, sus intrigantes ‘técnicas’ dieron origen a canciones como ‘Beware of Darkness’ de Harrison, y ‘Steel and Glass’, de Lennon. Los ’70 estarían plagados de demandas para Klein: las autoridades gringas lo investigaron por dilatar la entrega de fondos a Unicef que se habían conseguido tras los históricos conciertos de Bangladesh. Además, fue condenado a dos años de cárcel por evasión de impuestos.

Klein no es una figura luminosa ni evoca recuerdos gratos del rock and roll. Su presencia representa el momento en que el mundo de la música se convierte al show business y las estrellas se tornan empresas. El 04 de Julio pasado y a los 77 años, Allen Klein se unió al masivo círculo de personas ligadas a los Beatles que han dejado este mundo. Esta vez no hubo forma de negociar con el Alzheimer….
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