Trastorno Pasivo/Agresivo
Deftones es un elefante sensible que camina sobre un jardín de flores: se siente cómodo ahí, pero tarde o temprano su naturaleza acabará por destruir ese entorno. El quinteto de Sacramento parece más cómodo moviéndose entre los extremos: ensuciar y pulir, agredir y acoger, imponer y proponer. Es la única banda en la que conviven versiones de Sade y Slayer sin el menor atisbo de ironía.
Ayer en la Estación Mapocho, Chino y su gente confirmó que las bandas más creativas son aquellas donde hay tensión. Leímos en internet de la infinidad de problemas internos que tuvieron para dar a luz a ‘Saturday Night Wrist’, pero al verlos en vivo se hace mucho más clara la pugna sonora entre Chino y Stephen. En Deftones es más relevante lo que se se sugiere que lo que se evidencia. Y la guerra se mantiene así, silenciosa.
La partida fue tan horrorosa que pareció hecha a propósito para que con el correr de los minutos sólo se pudiera mejorar. A las 21.05, la banda se posó en la Nave Central de la Estación Mapocho, pero al parecer sus técnicos de sonido sólo se asomaron minutos después, y para hacer lo posible con el clásico rebote del recinto. ‘Korea’ y ‘Knife Party’ sonaron irreconocibles y hubo algo de susto. De momento, sólo escuchábamos bulla. En una banda cuyo plus son los matices eso eran malas noticias.
Con los primeros acordes de ‘Feticeira’, las cosas cambiaron y el bombo y la caja de Abe Cunningham se hicieron audibles. El track inaugural de ‘White Pony’ dio pasó a una avalancha de hits que sugirieron el primer nocaut.: ‘Digital Bath’, ‘Be Quiet and Drive’ (el verdadero himno del Nu Metal) y ‘My Own Summer’ sacaron lágrimas de algunos fans (lo vi, en serio) y nos recordaron que estamos frente al único grupo del Aggro Metal que se mantuvo fiel a su necesidad de poner en forma musical los sentimientos más oscuros de la naturaleza humana.
Chino Moreno tomó actitud de Chino Moreno: golpes al micrófono, cable enrollado, bermudas negros, barba de chivo y esos aullidos con una frecuencia que sólo pueden sentir los perros. A su derecha, el subvalorado y regordete guitarrista Stephen Carpenter, a cara cubierta por el pelo transpirado: una isla en el océano Deftones. A la izquierda, el poseso Chi Cheng machacando su bajo para estar a la altura de los redobles imposibles de Abe (como se le nota la influencia de Stewart Copeland!) Y cerrando el cuadro, el DJ, Frank Delgado, que le hizo honor a su apellido y perdió al menos 20 kilos.
¿Otros highlights? ‘Engine 9’ (con la que abrieron el 2001), una de las más vaciladas por el público; ‘Passenger’ con Chino forzando su voz para calcar la versión original que tenía de invitado a Maynard James Keenan de Tool; el single ‘Hole in the Earth’, un nuevo clásico Deftones (con Chino a la guitarra); la energética ‘Rats Rats Rats’, y el primer cierre con la canción que nos mostró que existían: ‘Bored’.
Al regreso del descanso, la banda presenta ‘Minerva’, una de las pocas canciones rescatables de su olvidable trabajo ‘Deftones’ (2003). Como les pasa a los Chili Peppers con ‘One Hot Minute’, los tipos ignoran casi por completo esa placa, dejando en claro lo poco que les interesa defenderla. Antes de salir, otra vez nos dejan otra gema como es ‘7 Words’, que se hace acreedora del mayor pogo de la noche por parte de los 9 mil asistentes, cifra alentadora y sorprendente, a la altura de eventos mayores en ese lugar, como Placebo o los mismos Peppers. Muy bien.
Ultima vuelta al escenario y es momento de saldar una vieja deuda: ‘Back to School’ estremece todos los rincones para recordar ese olvido voluntario del 2001. Luego, la delicada ‘Change’ baja las revoluciones para terminar en un baile infernal con ‘Head Up’ (sí, esa que Chino canta con Max Cavalera). Y sí, ahora se van de verdad. Pito constante en el oído. Agotamiento físico. Sonrisa de oreja a oreja.
Mucho rato más tarde, un soplo nos llevó al Opera Catedral, donde Abe y Frank llegaron a tomarse unas cervezas. Con Leo, Jordi y otros llegamos, y compartimos un rato con ellos. Ambos reconocieron que el agotamiento provocado por la gira los hizo partir algo opacos, pero los volvió a potenciar ver la enorme cantidad de público. Pelaron a Linkin Park ("really fake!!") y celebraron la visita de sus amigos de Incubus.
Los Deftones pasaron por Chile. No pudo partir mejor el año de conciertos.
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