felipe arratia

Friday, March 28, 2008

Different Class

¿Se puede hacer un show memorable de música pop sin hits? Sí, claro. Si no pregúntenle a Jarvis Cocker, el trovador british que vino, vio y venció en un Teatro Caupolicán sobrepoblado como no se veía desde jornadas como Beastie Boys, Green Day o Jamiroquai.

El ex – líder de Pulp “garantizó” una presentación sin canciones de su disuelta banda, por lo que no había estafa: la premisa estaba clara desde antes. Quienes fueran, “sólo” verían a Jarvis, la persona y a “Jarvis”, el disco. La reacción de la gente a esa oferta era una incógnita. Finalmente, la demanda fue desbordante: las viudas del Brit Pop se acumulan por miles en Chile y, a juzgar por lo visto el sábado 15, también el público gay le tiene bastante estima al inglés. Eso explica en parte la tremenda convocatoria a un recital sin temas conocidos.

23:10 horas: en un horario inédito para conciertos locales, Jarvis sale a la cancha. Chaqueta y pantalón de tela, lentes vintage, estampa muy delgada. De su bolsillo saca un género doblado que resulta ser una bandera chilena, la cual exhibe con un precario equilibrio entre sorna y genuino interés por conectar de entrada con la audiencia. Muchas cosas quedan claras en sólo 60 segundos: en un show de Jarvis no importa nada que no sea Jarvis; por lo mismo, la discreta banda que lo acompaña parecen fantasmas sobre el escenario frente al magnetismo que exhuda el frontman. Jarvis era Pulp. Hoy Jarvis es Jarvis. Eso sí, sin armas como ‘Common People’, ‘Disco 2000’ o ‘This is Hardcore’.

Fat Children’ es la primera y el inglés impacta con sus bailes y espasmos de marioneta desbocada. En su afán por ‘interpretar’ la canción con la intensidad necesaria, Cocker le pasa por encima al sentido del ridículo. Pero, al igual que en sus letras, hay siempre dos lecturas: por ejemplo, al salir con la bandera chilena, -un gesto tan poco original como efectista-, se siente como si su naturaleza sarcástica se riera a carcajadas del ejercicio del rockstar empático con su audiencia, que la trata como masa y la doma como si fuera ganado a punta de trucos baratos. Jarvis es un ‘meta-rockstar’ que toma esos clichés del rock y los reconstruye, dotándolos de un sentido diferente, que suele ser crítico.

El nativo de Sheffield se manda de imediato con ‘Don’t Let him Waste your Time’, lo más parecido que tiene a un hit solista, y la gente se mantiene eufórica y en shock. El tema es coreado mientras Jarvis no para de revolotear por el escenario como si estuviéramos en una comedia musical. El idioma no es impedimento para que se entienda su relato de la chica que al fin entiende que debe huir de ese hombre que no hace méritos por estar con ella.

De la comedia musical al stand up: entre tema y tema, Jarvis comienza a relatarle sus historias a la gente. Todo ello viene sazonado con el intento del inglés por decir palabras y expresiones en jerga local. Parte con ‘bakán’, pero pienso que el ‘bakán’ dicho por Eddie Vedder fue mucho mejor.

El repertorio repasa en pleno el debut en solitario del inglés y también se juega con algunos temas nuevos. ‘Girls Like it Too’ y ‘Tonite’ remiten inevitablemente al pasado del británico. Pero eso es algo bueno: sus temas suenan a standards brit pop narrados con dinamismo por el omnipresente frontman.

En ‘Disney Time’ nos invita en español a recordar los ‘monitos’ que veíamos, como evocando a un pasado inocente y despojado; pero la primera cumbre llega con la épica ‘Black Magic’, un tema que crece y crece sin bajar más, y donde Jarvis da la mejor muestra de la noche de su compromiso con la canción y su capacidad para comunicar intención.

Tras una salida de escena, el inglés retorna con cerveza en lata y un cigarro para compartir. Se los entrega al público en sus manos con la condición de que compartan. Cómo hemos avanzado en materia de recitales en este país! Hace 5 años eso hubiera generado una batalla campal. Reacio a regalar una gema de Pulp, Jarvis Cocker le cierra un ojo al pasado y reconoce la influencia evidente de David Bowie regalando una versión de ‘Starman’ que clasifica desde ya entre las mejores postales del 2008 musical en Chile.

Tras ese momento Kodak, el músico entiende que lo logro y se retira: no triunfaron ni sus canciones ni su voz. Es él, es su carisma, el charm de ‘ñoño-cool’ que parece medio leso pero está a añoz luz de serlo. Juega a hacerse el desentendido, pero a estas alturas todos sabemos que los que se hacen los locos seducen más que todos los otros. ¿Common People, Jarvis? No lo creo.

1 Comments:

Blogger Kiki said...

¿Sentiste mriposas en la guata?
Yo si, senti una emocion increible, soy bien fan lo asumo, demasiado fan diría yo, el solo hecho de ver que de verdad existe y que de verdad es tanto o mas histrionico que en sus videos, uff fue increible.
Lejos para mi los mjores momentos de la noche fueron con "Black Magic" y "Starman", aunque creo que tambien debio haber mostrado algo de sus proyectos como Weird sisters (para ka banda sonora de Harry Potter).
Hay mucho no fanatico que se quejo con qye falto Pulp, pero no han pensado que Jarvis Cocker en si mismo es PULP, y que PULP es Jarvis. Así de simple, valio la pena esperarlo por más de diez años para mí que lo sigo desde uff his n' hers...
Asumo soy una fan que lo defendea a muerte siempre, ya que por si solo él es un concepto, PULP (sarcasmo puro, sonido envolvente y embrujante)

5:47 PM  

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