felipe arratia

Sunday, March 30, 2008

Las Mejores Canciones del '00

No sé si lo han notado pero la década se acaba. Así es: quedan 21 meses para decir adios a los ’00 y de la mano con ello, los melómanos nos llenaremos de los resúmenes, listas y rankings que sedan nuestras atormentadas almas.

Por lo mismo, y a modo de adelanto, decidí hacer el ejercicio por mi cuenta. Antes, una mini reflexion. Si algo nos va a dejar esta década en materia musical, es la oficialización de que LA MÚSICA ES GRATIS. Legal o no, ese es otro tema. Tú decides como lo haces pero ya no tienes que pagar por ella si no lo deseas. Eso ha implicado, entre muchas otras cosas, que quien maneja la información, tiene el poder. El poder ya no está en cuánto dinero posee el fan, si no en saber qué música es la que quiere.

Lo segundo es la revalorización del single. La inmediatez del MP3 y la masificación del iPod hacen que cueste cada vez más llegar al track final de un disco. Por lo mismo, nos centramos en LA CANCIÓN, el single, el hit. ¿Te gustó? Playlist. ¿No te gustó? Erase. Así de fácil.

Estas son, según yo, las 100 canciones más relevantes de la década. Los criterios son todos muy discutibles y consisten en una mezcla entre calidad y popularidad. Una condición auto-impuesta es que sólo se permite una canción por artista, para tener así más diversidad de voces. Ello explica la ausencia de gemas como ‘Do you Want to’ de Franz Ferdinand, ‘Fell in Love with a Girl’ de White Stripes, ‘In my Place’ de Coldplay o ‘You Only Live Once’ de los Strokes.

Lea con calma, celebre si está de acuerdo, baje las que no conozca y ojalá se enoje, me discuta y proponga otras canciones si no le gustan estas. Si el ranking le agrada y le dan ganas de subirlo en otro lado, hágalo...pero colóquele un link a este blog, OK? Así ganamos todos. Salud!

Ranking ‘Las 100 del 00’

01 Franz Ferdinand, ‘Take me Out’
02 The White Stripes, ‘Seven Nation Army’
03 The Strokes, ‘Last Nite’
04 Outkast, ‘Hey Ya’
05 Beyonce, ‘Crazy in Love'
06 Coldplay, ‘Yellow’
07 Kanye West, ‘Gold Digger’
08 Maroon 5, ‘This Love’
09 Amy Winehouse, ‘Rehab’
10 Gnarls Barkley, ‘Crazy’
11 Justin Timberlake, ‘Sexyback’
12 Arctic Monkeys, ‘I Bet You Look Good on the Dancefloor’
13 Daft Punk, ‘One More Time’
14 Britney Spears, ‘I’m Slave 4 U’
15 Keane, ‘Somewhere Only we Know’
16 The Killers, 'Mr. Brightside’
17 Justice, ‘Dance’
18 M.I.A., ‘Galang’
19 The Rapture, ‘House of Jealous Lovers’
20 Alicia Keys, ‘Fallin’
24 Robbie Williams, ‘Feel’
25 Primal Scream, ‘Swastika Eyes’
26 Gorillaz, ‘Clint Eastwood’
27 Missy Elliot, ‘Get Ur Freak On’
28 Eminem, ‘Lose Yourself’
29 Avril Lavigne, ‘Complicated’
30 Norah Jones, ‘Don’t Know Why’
31 Nelly Furtado, ‘I’m Like a Bird’
32 Shakira y Wyclef, ‘Hips Don’t Lie’
33 Black Eyed Peas, ‘Where’s the Love’
34 LCD Soundsystem, ‘Daft Punk is playing at my House’
35 Kaiser Chiefs, ‘I Predict a Riot’
36 The Hives, ‘Hate to Say I Told you So’
37 Flaming Lips, ‘Do you Realize’
38 Peter, Bjorn and John, ‘Young Folks’
39 Destiny’s Child, ‘Bootylicious’
40 Queens of the Stone Age, ‘No One Knows’
41 Cansei de Ser Sexy, ‘Let’s Make Love and Listen Death from Above’
42 Kylie Minogue ‘Can’t Get You Out my Head’
43 Oasis, ‘Go Let it Out’
44 Evanescence, ‘Bring me to Life’
45 Scissor Sisters, ‘I Don’ Feel Like Dancing’
46 Kelis, ‘Milkshake’
47 Jet, ‘Are You Gonna Be my Girl?’
48 Green Day, ‘Boulevard of Broken Dreams’
49 Lily Allen, ‘Smile’
50 Daddy Yankee, ‘Gasolina’
51 At the Drive In, ‘One Armed Scissor’
52 NERD, ‘She Wants to Move’
53 Fall Out Boy, ‘Dance, Dance’
54 Travis, ‘Sing’
55 Babasónicos, ‘Irresponsables’
56 My Chemical Romance, ‘Helena’
57 Radiohead, ‘Knives Out’
58 Weezer, ‘Hash Pipe’
59 Placebo, ‘The Bitter End’
60 PJ Harvey, ‘Good Fortune’
61 Madonna, ‘Hung Up’
62 Juanes, ‘A Dios le Pido’
63 Christina Aguilera, ‘Dirrty’
64 Foo Fighters, ‘All my Life’
65 Jay Z y Pharrel, ‘Frontin’
66 U2, ‘Vertigo’
67 Jack Johnson, ‘Sittin, Waitin, Wishing’
68 Café Tacuba, ‘Eres’
69 Incubus, ‘Wish U Were Here’
70 The Libertines, ‘Time for Heroes’
71 The Kooks, ‘She Moves in her own Way’
72 The Rasmus, ‘In the Shadows’
73 The Vines, ‘Get Free’
74 Death Cab for Cutie, ‘Soul Meets Body’
75 Babyshambles, ‘Fuck Forever’
76 Yeah Yeah Yeahs, ‘Maps’
77 Calle 13, ‘Atreve te te’
78 Panic at the Disco, ‘I Write Sins, Not Tragedies’
79 Arcade Fire, ‘Wake Up’
80 Miranda, ‘Don’
81 Mika, ‘Grace Kelly’
82 Los Bunkers, ‘Miño’
83 Sophie Ellis Bextor, ‘Murder on the Dancefloor’
84 Interpol, ‘Evil’
85 Linkin Park, ‘In the End’
86 Wilco, ‘Heavy Metal Drummer’
87 Kevin Johansen, ‘Down with my Baby’
88 Corinne Bailey Rae, ‘Put your Records on’
89 Gustavo Cerati, ‘Crimen’
90 Deftones, ‘Digital Bath’
91 The Streets, ‘Fit bout you know it’
92 The Coral, ‘Dreaming of You’
93 Kasabian, ‘Processed Beats’
94 John Mayer, ‘Bigger than my Body’
95 Papa Roach, ‘Last Resort’
96 Snow Patrol, ‘Chasing Cars’
97 Regina Spektor, ‘Fidelity’
99 Attaque 77, ‘Arrancacorazones’
100 King of Leon, ‘Red Morning Light’

Friday, March 28, 2008

Different Class

¿Se puede hacer un show memorable de música pop sin hits? Sí, claro. Si no pregúntenle a Jarvis Cocker, el trovador british que vino, vio y venció en un Teatro Caupolicán sobrepoblado como no se veía desde jornadas como Beastie Boys, Green Day o Jamiroquai.

El ex – líder de Pulp “garantizó” una presentación sin canciones de su disuelta banda, por lo que no había estafa: la premisa estaba clara desde antes. Quienes fueran, “sólo” verían a Jarvis, la persona y a “Jarvis”, el disco. La reacción de la gente a esa oferta era una incógnita. Finalmente, la demanda fue desbordante: las viudas del Brit Pop se acumulan por miles en Chile y, a juzgar por lo visto el sábado 15, también el público gay le tiene bastante estima al inglés. Eso explica en parte la tremenda convocatoria a un recital sin temas conocidos.

23:10 horas: en un horario inédito para conciertos locales, Jarvis sale a la cancha. Chaqueta y pantalón de tela, lentes vintage, estampa muy delgada. De su bolsillo saca un género doblado que resulta ser una bandera chilena, la cual exhibe con un precario equilibrio entre sorna y genuino interés por conectar de entrada con la audiencia. Muchas cosas quedan claras en sólo 60 segundos: en un show de Jarvis no importa nada que no sea Jarvis; por lo mismo, la discreta banda que lo acompaña parecen fantasmas sobre el escenario frente al magnetismo que exhuda el frontman. Jarvis era Pulp. Hoy Jarvis es Jarvis. Eso sí, sin armas como ‘Common People’, ‘Disco 2000’ o ‘This is Hardcore’.

Fat Children’ es la primera y el inglés impacta con sus bailes y espasmos de marioneta desbocada. En su afán por ‘interpretar’ la canción con la intensidad necesaria, Cocker le pasa por encima al sentido del ridículo. Pero, al igual que en sus letras, hay siempre dos lecturas: por ejemplo, al salir con la bandera chilena, -un gesto tan poco original como efectista-, se siente como si su naturaleza sarcástica se riera a carcajadas del ejercicio del rockstar empático con su audiencia, que la trata como masa y la doma como si fuera ganado a punta de trucos baratos. Jarvis es un ‘meta-rockstar’ que toma esos clichés del rock y los reconstruye, dotándolos de un sentido diferente, que suele ser crítico.

El nativo de Sheffield se manda de imediato con ‘Don’t Let him Waste your Time’, lo más parecido que tiene a un hit solista, y la gente se mantiene eufórica y en shock. El tema es coreado mientras Jarvis no para de revolotear por el escenario como si estuviéramos en una comedia musical. El idioma no es impedimento para que se entienda su relato de la chica que al fin entiende que debe huir de ese hombre que no hace méritos por estar con ella.

De la comedia musical al stand up: entre tema y tema, Jarvis comienza a relatarle sus historias a la gente. Todo ello viene sazonado con el intento del inglés por decir palabras y expresiones en jerga local. Parte con ‘bakán’, pero pienso que el ‘bakán’ dicho por Eddie Vedder fue mucho mejor.

El repertorio repasa en pleno el debut en solitario del inglés y también se juega con algunos temas nuevos. ‘Girls Like it Too’ y ‘Tonite’ remiten inevitablemente al pasado del británico. Pero eso es algo bueno: sus temas suenan a standards brit pop narrados con dinamismo por el omnipresente frontman.

En ‘Disney Time’ nos invita en español a recordar los ‘monitos’ que veíamos, como evocando a un pasado inocente y despojado; pero la primera cumbre llega con la épica ‘Black Magic’, un tema que crece y crece sin bajar más, y donde Jarvis da la mejor muestra de la noche de su compromiso con la canción y su capacidad para comunicar intención.

Tras una salida de escena, el inglés retorna con cerveza en lata y un cigarro para compartir. Se los entrega al público en sus manos con la condición de que compartan. Cómo hemos avanzado en materia de recitales en este país! Hace 5 años eso hubiera generado una batalla campal. Reacio a regalar una gema de Pulp, Jarvis Cocker le cierra un ojo al pasado y reconoce la influencia evidente de David Bowie regalando una versión de ‘Starman’ que clasifica desde ya entre las mejores postales del 2008 musical en Chile.

Tras ese momento Kodak, el músico entiende que lo logro y se retira: no triunfaron ni sus canciones ni su voz. Es él, es su carisma, el charm de ‘ñoño-cool’ que parece medio leso pero está a añoz luz de serlo. Juega a hacerse el desentendido, pero a estas alturas todos sabemos que los que se hacen los locos seducen más que todos los otros. ¿Common People, Jarvis? No lo creo.

Tuesday, March 18, 2008

A Solas con la Leyenda

¿Porqué será que estoy excitado? Nunca escuché sus discos hasta el final, ni me aprendí de memoria datos inútiles suyos. Es más: ya pasé por esta experiencia antes. Ya lo vi. Hace exactos 10 años fue y aún recuerdo que el show me sonó a una sola y laaaarga canción, y que mi papá salió muy decepcionado porque no tocó los hits. Ninguno de los dos entendía la 'lógica Dylan'. Pero ahora era diferente.

Bob Dylan llegó a Chile no sólo con el status de leyenda (que tanto odia y que tan rápido obtuvo) sino con un último disco brillante (’Modern Times’) y reseñas gloriosas de sus recientes presentaciones. No estar en ese show no era una opción. Si te gusta la música, en algun nivel le debes algo a Dylan. Aunque aún no lo sepas.

Me preocupé de llegar lo más informado posible, pero con Dylan es imposible cubrir todos los flancos. Y justo eso es lo que lo hace un personaje tan notable. Siempre te atacará por algún lugar que no esperabas, y él ganará. Viejo zorro.

21 horas en punto, Arena Santiago. Asientos caros a medio llenar (algunos viejos llegan sobre la hora, otros están chupando pero está todo vendido) pero eso a Dylan no le importa y ya está en escena. Lo estoy viendo en este momento. Estoy viendo a Bob Dylan. Wow. Sombrero con pluma, botas vaqueras, chaqueta oscura

Leopard-Skin Pill-Box Hat” del clásico ‘Blonde on Blonde’ pega primero: aún no estoy metido en el show y él ya está en acción. Su banda es una aceitada maquina de blues y rockabilly, pero me preocupa su registro gutural que parece esforzarse por ensuciar las prístinas texturas de la guitarra. En mis manos tengo los setlist de los shows en México y me ilusiono con que toque algunas de mis favoritas: y ocurre. Reconozco de inmediato ‘Lay Lady Lay’, pero al toque me doy cuenta de que la versión está bastante alterada de la original en tempo, estructura, el tono de voz de Dylan y, según los expertos, hasta en la letra. La declaración de principios ya está clara: va a hacer todo a su pinta. Sólo queda disfrutar desde la platea.

No logro reconocer ‘Watching the River Flow’, pero salto de inmediato al primer acorde de ‘Masters of War’. Dylan se acaba de cambiar de la guitarra al teclado, donde se mantendrá hasta el final del show. Me comienzo a detener en los detalles tras la sobreexcitación inicial, y reparo en su impresionante banda en vivo, elegantemente uniformada de terno y sombrero cowboy: Stu Kimball y Denny Freeman (guitarras), Donnie Herron (guitarra slide, mandolina), Tony Garnier (bajo) y George Receli (batería).

Viene un largo bloque con canciones más recientes: ‘Rollin and Thumblin’ suena llena de vida y va completando todos los espacios con guitarrazos eficientes y lúdicos; luego, ‘Spirit on the Water’ relaja el ambiente y prepara el gran momento que es ‘Things Have Changed’, ese temazo ganador del Oscar.

Tras “Workingman Blues 2”, Dylan tiene una gran gesto de humanidad y se manda una notable versión de la mítica ‘Just Like a Woman’ muy fiel a la original, lo que permite que el público también pueda corear y participar. Tras ‘Honest with me’ y ‘When the Deal Goes Down’, llega otro peak de la noche con ‘Highway 61 Revisited’, una joya hecha blues, soul y rock and roll.

Nettie Moore’, otra del ‘Modern Times’, y ‘Summer Days’, son dos lecciones más de cómo el maestro se mantiene en forma. Y cómo nos engañó con esa voz aguardentosa del principio. Por largos pasajes del show su registro suena intacto, aunque él no abandona esa actitud distante y autosuficiente, como si estuviera a miles de kilómetros de ahí. El delirio llega con una versión gigantesca de ‘Like a Rolling Stone’. ¿Qué puedes decir de esta canción que no se haya dicho antes? Mejor sólo gozar.

Tras el descanso de rigor, Bob Dylan está en escena otra vez. El profeta arremete con ‘Thunder on the Mountain’, otra pincelada de su gran momento actual. Para el final, Dylan se ríe de su propio mito y comienza una ‘Blowin’ in the Wind’ irreconocible, alterada sólo para jugar con la reacción de la gente. Unos la detectan de inmediato, otros lo hacen al estribillo y los menos jamás de darán cuenta de que la respuesta estaba soplando en el viento.

Dylan no era parte de un checklist de ‘artistas para ver antes de que mueran’ porque ya lo había visto. Más bien, verlo esta vez fue un placer, un gusto que me di con el conocimiento que adquirí del artista en los últimos diez años. Sus aristas como artista son tantas que este show parece sólo el comienzo de algo. Este es uno de esos shows donde un buen día acabas diciendo ‘yo estuve ahí’.

Friday, March 14, 2008

Jorge Guinzburg (1949-2008)

Esto difícilmente podría ser un obituario. Más bien es un saludo, un homenaje a un tipo que vi muy seguido en la tele haciéndome reir. Sólo ahora me entero de la enorme trayectoria que Jorge Guinzburg tenía en libretos humorísticos, publicidad, radio y claro, la TV argentina.

En los mejores años de America TV en el cable chileno, programas como CQC, El Rayo, Zoo, y la Biblia y el Calefón se convirtieron en grandes referentes de cómo hacer TV sin estereotipos: creativa, divertida e irreverente.

Jorge Guinzburg no necesitaba subir la voz para ser el centro de atención. Sus juegos de palabras, lengua filosa y notable velocidad para contrapreguntar lo convirtieron en uno de los mejores entrevistadores de su generación. Y esa risa contagiosa que tenía!

Fue una gran sorpresa mirar el home de Pagina 12 el miércoles y encontrarse con la noticia. Tenía apenas 59 años, y había manejado su enfermedad en privado. Nunca se quiso mostrar débil. Trabajador incansable (como buen judío), hasta el último momento siguió adelante con sus proyectos en medios. La TV argentina pierde a uno de los mejores que, por suerte, acá también llegamos a conocer.

Estaba Todo Oscuro

No hay una pizca de ternura en Interpol. Erguidos sobre el desnudo escenario del Caupolicán, Paul Banks y compañía lucen uniformados, marciales, disciplinados y solemnes. Son serios, su música es cosa seria y para el público, este concierto también lo es. No me cuesta demasiado imaginarlos como simpatizantes de algún movimiento absolutista, totalitario. Tan totalitario como sus ritmos militares que absorben toda mi atención.

Interpol llegó a promover ‘Our Love to Admire’, su trabajo menos interesante desde que arremetieran en la escena con el sobresaliente ‘Turn on the Bright Lights’. En rigor, salvo el single de promoción, venimos a ver y escuchar “el sonido Interpol” y no un álbum en particular.

Lo dicho: son ásperos, no toman en cuenta al público. Sin calcular mucho, las luces se apagan pero ellos no abordan la escena. Son 10 minutos en la nada y a oscuras, con un público que aúlla excitado y desconcertado por partes iguales. Luego, una intro precede ‘algo’ pero el anuncio se desdibuja cuando la intro envasada se repite. Todo el embole se remedia cuando Interpol finalmente sale a la cancha. El ‘factor sorpresa’ ya se perdió.

De riguroso negro, el cuarteto arriba con un tecladista como soporte adicional. ‘Pioneer to the Falls’, el track que inaugura su última placa, abre el fuego a ritmo cansino, pero desde la primera nota que emite la dotada garganta de Paul Banks, queda claro que este no es un show más. Sobrevolemos la obvia comparación con Joy Division, y nos encontraremos con un sonido que invita al trance individual. Estás solo: ¡baila, idiota!

Obstacle 1’ inaugura una imagen recurrente de la noche: basta un acorde para desatar el delirio. Los 4.500 presentes son militantes (nunca mejor dicho) de la religión Interpol. Y se saben mejor que Banks eso de ‘She Can Wait, She Can Wait’. La ovación se redobla con ‘Narc’, ese temón del ‘Antics’. Y se nos van develando los personajes de esta historia: a tu izquierda, Daniel Kessler, terneado y muy peinado, parece jugar con su guitarra pero en realidad está haciendo todo el gasto para que tú lo pases bien esta noche. En cambio, el bajista Carlos D se refugia apático en su bajo metalero, tocando de espaldas al público con un look que ya se quisieran los Jesus and Mary Chain. El pegamento de ambos se llama Sam Fogarino, un baterista cuya predilección por el jazz se adivina en sus muñecas y esos redobles endiablados.

Pasan ‘C’mere’ y ‘The Scale’. La audiencia femenina en la cancha goza con el tono grave, el pelo rubio y el look perno-con-onda del cantante, Paul Banks. Se ganó fama de divo en Chile, pero en escena queda claro que Interpol no existe sin su prosa narcótica. ‘Say Hello to Angels’ juega al rockabilly dark, y a mi me suena parecida a ‘Pobre Corazón’ de Los Bunkers.

No in Threesome’ invita a hacer palmas al unísono hasta que llega el coro y explota en una catarsis masiva; la contracara de ello llega con ‘Hands Away’, que baja la guardia al mínimo y profundiza la claustrofobia de Interpol, su marca registrada. Banks se limita a emitir un respetuoso y ‘españolao’ ‘Graziaz’, remitiendo a su estadía cuando niño en México y España.

Un punto aparte del show es la sexy ‘Rest my Chemistry’. La guitarra de Daniel Kessler toma completo protagonismo y contagia a los presentes con su cadencia aletargada. Es uno de los buenos momentos de la noche, y precede a la muy ambiental ‘Lighthouse’.

Pero Interpol se guarda sus balas más ganadoras para el final, ‘Evil’ emerge gloriosa con su línea de bajo impenetrable y un solo susurro: ‘Rosemaaaryy, heaven restores you in life…’ Es la más representativa de Interpol y la más coreada de la noche. Pegadita llega ‘The Heinrich Maneuver’, un single magnético que gana desde el primer segundo y hace creer que ‘Our Love to Admire’ merece una segunda oportunidad (aunque sea mentira). El set se cierra con ‘Not Even Jail’, una que bebe bastante de la fuente de Arcade Fire a punta de crescendos emotivos y cambios de ritmo.

Llega el momento de salir de escena y esperar. Sin tardar demasiado, Interpol está de regreso para cumplir la faena. El bloque final guarda solo perlas de su brillante trabajo debut: ‘Untitled’ invita a cerrar los ojos y mirar todo negro, mientras que ‘NYC’ es un lento apoteósico que no hace más que despegar. Como era de esperar, todo acaba con la redonda ‘PDA’. El track final suena tan punk, como post punk, moderno y clásico.

El cuarteto se retira del escenario. A pesar de una desafortunada jugarreta con la bandera chilena de Paul Banks, Interpol no está para demagogias. La banda transmite emociones rudas, extremas, intensas. Y sienten que basta con su música. Coincidimos.

Setlist: Pioneer to the Falls / Obstacle #1 / NARC / C´mere / The Scale / Say hello to angels / Mammoth / Not in threesome / Hands Away / Slow hands / Rest my Chemistry / Lighthouse / Evil / The Heinrich Maneuver / Not even Jail / Untitled / NYC / PDA