felipe arratia

Thursday, October 30, 2008

Paramore NO es una Banda

Como me dijo un amigo que trabaja en publicidad: cuando una marca no cuenta con una característica que necesita, tiene que salir a buscarla y asociarse con aquello que la posea. Y eso es justo lo que miles de niñitas hicieron el lunes 27 en el Court Central: salir a buscar frescura, energía, belleza, ambigüedad y espontaneidad en Hayley Williams, la magnética frontman de Paramore, el sabor del mes en lo que a punk-pop se refiere.

Un dato esclarecedor: cuando se lanzó el fundacional ‘Dookie’ de Green Day, Hayley Williams, tenía 5 años; es decir, sus coordenadas musicales se encuentran entre Rancid, The Offspring, el trío de Berkeley, y tal vez el periodo más mainstream de baluartes como NOFX y Bad Religion. Ni siquiera aparecen en ese mapa los fundacionales Descendents o Germs. Por lo mismo, si tienes más de 25 años y no conoces a Paramore, no te asustes: el éxito indiscutido del cuarteto en Chile se explica en el contexto de un grupo de adolescentes que toca canciones adolescentes con temática adolescente para un público adolescente. Comunión perfecta.

Como ocurre cada vez más seguido, los de Tennessee llegaron a Sudamérica en el momento de mayor fama de su breve historia. Las canciones del multiplatino ‘Riot’ finalmente se despedían, tras previo paso por México y Brasil. Las pokemonas presentes le dieron la bienvenida a Hayley gritándole el clásico ‘Mijita Rica’ a su ídola. El efecto ‘Diario de Eva’, digamos.

Paramore siempre se ha visto rodeado de polémica debido a la importancia que los medios le dan a Hayley en desmedro del resto de la banda. Ello ha desembocado en problemas internos que han generado desde cancelaciones de tours hasta la polera que usó la chica en los recientes Premios MTV Latino con la leyenda “Paramore es una banda”. Lo divertido del asunto es que el show está construído EN FUNCIÓN de la cantante. De hecho, al comenzar el concierto, ella es la última en salir a escena.

Born for This’ abre con fiereza. Los músicos se ven apoyados por un guitarista adicional, pero su pirotecnia instrumental cae a cuarto plano cuando la vocalista ingresa a escena: pelo rojizo, polera con tirantes, pantalones blancos sueltos, Converse negras y actitud hiperkinética. Hayley no sólo entona los temas, sino que canaliza la desbordante energía de la audiencia: ella decide a voluntad cuando el público aplaude, canta o grita.

De inmediato suena el megahit ‘That’s What you Get’, la mejor canción de Paramore. El público enloquece con esta gema pop, donde los hermanos Farro y en particular, el bajista Jeremy Davies, exhiben sin rodeos su pasado en una banda de covers funk.

Con el correr de los minutos, la fanaticada decide que le quiere mostrar a Hayley todo su amor. A la altura de ‘Crush Crush Crush’, un peluche es lanzado al escenario. Este público es inexperto en materia de recitales y no coordina muy bien sus impulsos, lo cual puede terminar mal. Al peluche se suman cojines, gorros y más peluches. Hayley se salva por poco de los proyectiles y bromea diciendo que la tomaron por un ‘target’ (‘blanco’). La cantante confirma su empatía con los teens y simplemente se pone una gorra. Punto para ella.

“¿Podemos tocar una lenta?”, pregunta con miedo la nena. Es entonces cuando arremete ‘When it Rains’, con Hayley frente a un teclado que nunca suena, haciendo una cruza vocal entre Avril Lavigne y Amy Lee, aunque la líder de Evanescence se ve mucho más reverenciada en la que viene: ‘Decode’, la canción principal de ‘Twilight’, la inminente versión fílmica de la romántica y taquillera historia de vampiros.

Tras apenas 11 tracks, o sea 50 minutos de show, Paramore salen del escenario. Al regresar, Hayley, le pregunta al público si quieren dos o diez canciones más; ante el aullido de la audiencia, ella reconoce con algo de vergüenza que en verdad ni siquiera tienen diez canciones más. La vuelta a la música es con ‘My Heart’, otro tema que facilita el lucimiento vocal de la chica de pelo rojo. ¿Y el resto? Eficiente muralla de sonido con escaso protagonismo escénico, salvo los saltitos del bajista, al más puro estilo de Fall Out Boy.

El cierre es con el hit que creó esta carrera. ‘Misery Business’ suena muy bien y es el final perfecto. La generación xBox ya tuvo suficiente con estos 65 minutos, aunque si yo hubiera pagado 40 lucas, me sentiría muy estafado. ¿Y Paramore? Paramore NO es una banda: es un esfuerzo comunitario que tendrá un solo ganador. Todos la conocemos, y es encantadora. Avril Lavigne: ten miedo, mucho miedo.

Wednesday, October 22, 2008

Reunión Cumbre

Me alegré mucho cuando supe que tendremos segunda parte de la Cumbre del Rock Chileno. Tal como lo comenté aquí mismo cuando vivimos la primera parte (si linkea, búsquelo casi al final), el mayor legado de ese enorme esfuerzo fue ser el primero de muchos que vengan, un verdadero barómetro del rock chileno para ver quiénes suben y bajan en el gusto popular y no quedarnos pegados en los tótems de siempre.

Es sorprendente ver que hace dos años aún no explotaban imperdibles de hoy como Teleradio Donoso o Fran Valenzuela, y vuelvo a sentir que esta es la instancia perfecta para ver cómo recibe la gente a artistas que están intentando abrirse paso, como Manuel García o Juana Fe.

Una gran noticia es que aquellos amantes de los sonidos más extremos tendrán ese 11 de enero la chance de ver en un escenario propio a bandas como Fiskales, Criminal y tantas otras. Quedó demostrado tras el Vive Latino que el Club Hípico es un excelente reducto.

Y cómo me gusta tanto armar listas y grupos, aquí está mi tincómetro para esa ilustre jornada:

Los Confirmados más Grandes: Los Jaivas / Los Tres / Jorge González / Los Bunkers / De Saloon / Francisca Valenzuela / Fiskales Adhok / Criminal

Los Que Tienen Que Estar sí o sí: Beto Cuevas / Chancho en Piedra / Lucybell / Javiera Parra / Saiko / Chico Trujillo / Los Miserables / Difuntos Correa / Zaturno / Denisse Malebrán

¿Cómo los irán a recibir? (si es que van): Los Ex / Papanegro / Joe Vasconcellos / Panico / Carlos Cabezas / Los Mox / Sergio Lagos / Anita Tijoux / Golem / Silvestre / Nicole

Veamos Cuánto Pesan (si los invitan):
Teleradio Donoso / Juana Fe / Javiera Mena / Gepe / DJ Bitman / Fother Muckers / CHC / Adrián Igual / Denver / Manuel García / Guiso / Cómo Asesinar a Felipes

Lo Que no Hay que Repetir de la Cumbre Anterior: Claudio Narea / El Bloque de Grupos Ochenteros

La Sorpresa Ideal: Una reunión de Los Tetas o de Tiro de Gracia

Nos vemos el domingo 11!!

Tuesday, October 21, 2008

Llegaron los Líderes!

Wisin y Yandel volvieron el viernes 17 y sábado 18 a Chile. Excluyendo a Daddy Yankee, la dupla mostró en apenas 90 minutos cómo se hace en sólo tres años para ser el principal número de reggaeton en el mundo.

Tras una intro hi-tech en video, los boricuas irrumpieron en Arena Santiago enfundados en chaquetas de cuero y sus eternos lentes de sol. El apoyo musical llegó por cuenta de bajo, batería, tres sets de teclados y el infaltable DJ; y para completar la escena, siete bailarines aumentaron la temperatura del lugar con espasmos y contorsiones.

El discurso básico que Wisin sacó de algún pub de Suecia ("¿Dónde Están las Solteras?') no fue impedimento para sorprenderse por la cantidad de canciones conocidas que el dueto ha logrado posicionar en tan poco tiempo.

En resumen..... sácate un hit!!

Setlist: Ahora Es / Presión /Aprovéchalo / Síguelo / Pam Pam / Mayor que Yo / Noche de Entierro/ Nadie como Tú / Dame un Poquito de Eso / Eléctrica / Yo te Quiero / Quédate una Noche más / Dime que te Pasó / Préndete / Paleta / Llamé pa Verte / El Teléfono / Noche de Sexo / Mírala Bien / Rakata / Permítame / Pegao / Sexy Movimiento

Veamos qué dice Daddy cuando vuelva....

Friday, October 10, 2008

Se Hará Justicia

Uno se olvida de Beto Cuevas. De cuántos años lleva por aquí, de cuántos hits ha entonado y de su facilidad pasmosa para hacer del escenario su habitat natural. El martes 07 de octubre, el ex frontman de La Ley hizo un showcase para ejecutivos y medios donde finalmente presentó su primer esfuerzo solista, ‘Miedo Escénico’. Tres años habían pasado tras la discreta despedida del grupo en Espacio Riesco (1 de junio del 2005), un evento que no le hizo justicia alguna a shows redondos como el del Festival de Viña en el 2001 o en el Estadio Nacional el 2003.

Beto, con un estado físico que ya se quisiera cualquiera a los 41 años, presentó 10 canciones; sin embargo, antes de que saliera a cantar, la duda era obvia: ¿hará temas de la Ley? Desde el stage, la respuesta hecha canción pareció decir: “Claro, porqué no. Después de todo, las hice yo”. Así fue que sonaron por primera vez en un buen rato clásicos como ‘Aquí’, ‘Delirando’, ‘Día Cero’ y ‘El Duelo’.

Encerrados entre medio de Los Prisioneros y Los Tres, La Ley siempre tuvieron que dar demasiadas explicaciones: por sus referentes foráneos, por su preocupación por el look, por no hacer canciones “comprometidas”, o por irse de Chile. Básicamente, éramos otro país. Uno mucho más pendejo y ombliguista. Yo echaba de menos a La Ley pero ahora, con el señor Cuevas dando vueltas con nuevas creaciones, me quedo más tranquilo. Hay un rockstar local dando vueltas, y envejeciendo con estilo.

Top 10 Mejores Canciones de La Ley (según yo, no más)

1 Hombre
2 El Duelo
3 Animal
4 A Veces
5 Mentira
6 Día Cero
7 Intenta Amar
8 Cara de Dios (en la Ciudad)
9 Everytime
10 Si Tu no estas Aquí

Monday, October 06, 2008

A Solas con la Bestia

Oleadas de sudor recorren su frente. Mira de reojo a sus presas, esperando el momento para atacar. Lo del profundo corte en su codo derecho parece un mero detalle para él, sólo un daño colateral que no afecta el objetivo final. El manchón de sangre es un trofeo de guerra, un símbolo que acredita que esto va en serio. Nine Inch Nails está en la ciudad.

El fin de semana musical partió el viernes con el sucio caos de Black Rebel Motorcycle Club, (no clasificó para reseña en el blog) pero el verdadero Grand Slam ocurrió el sábado 04 en Arena Santiago. El mismísimo líder de BRMC, Peter Hayes luce ultra-wasted unos metros a mi izquierda, mientras que Alberto Fuguet luce tenso mientras mira al escenario.

21:05 horas: ‘999.999’, la intro que abre ‘The Slip’ se escurre por todos los rincones, mientras los protagonistas emergen. El guitarrista Robin Finck es el primero en entrar, y el último, obvio, es Trent Reznor. Pelo corto, rostro severo, polera negra, pantalón de cuero. El ícono, el yonqui, el niño prodigio, el padrino de Marilyn Manson, el eterno suicida en potencia salta sin pausa y maltrata el pedestal de su micrófono mientras nos grita ‘I Don’t Feel Anything at All’. El sonido es una patada directa a mi rostro.

Acaba ‘1.000.000’ y llega pegada la percusión hipnótica de ‘Letting You’. Josh Freese, el mismo que parchó a Devo y fue elemento clave en A Perfect Circle, está haciéndole daño irreversible a su batería; a la izquierda completan el cuadro el multiinstrumentista Alessandro Cortina (sintetizadores y algunas guitarras) y el chascón ex bajista de Beck, Justin Meldal-Johnsen, quien descansó en esta canción pero es de gran ayuda en la que viene: ‘Discipline’. Antes de eso, Trent ya arrojó lejos el primer pedestal y finalizó el tema tocando el piano.

Reznor se dio el lujo de abrir con tres tracks de su más reciente trabajo, pero la recompensa es invaluable: ‘March of the Pigs’ convierte al Arena en un verdadero infierno. Desde el prmer segundo, la interpretación es frenética: Reznor se contrae y expande al servicio de su creación, puro nihilismo al servicio del rock industrial. En este tema comienza el protagonismo de las luces que se irá tornando clave: por ahora, las estroboscópicas hacen peligrar mi visión. Tras tal nivel de tensión, llega ‘Piggy’ a bajar las revoluciones. El hit de ‘Downward Spiral’ es tan coreado por los presentes, que provoca el notable final: Reznor le arroja el micrófono a un fan y éste entona el final de la canción.

Siguiendo con este momento de relax, ‘The Frail’ abre el mini repaso del CD doble ‘The Fragile’. El piano entrega una atmósfera propicia para el crescendo emotivo que desemboca en ‘The Wretched’, ese lento explosivo donde debuta la pantalla LED tiñiendo de rojo el escenario y recortando las siluetas de los músicos en un bello contraste. Tras el final de ‘Head Down’, algunos sabemos que se viene algo grande, pero oh, algo falla. El stage está a oscuras y la demora hace evidente un percance. Finalmente el propio Trent explica que la agresividad de Josh Freese provocó problemas en su bombo, lo cual obliga a un par de arreglos.

OK, todo arreglado. Ahora les doy una sola palabra: ‘Closer’. Desde el fondo del escenario, Reznor canta casi oculto una de las canciones más sexuales de la historia. Las 10 mil personas presentes se unen en un solo coro: ‘I Wanna Fuck You like an Animal’. Los fans históricos completan su orgasmo con la violencia desmedida de ‘Gave Up’, un hardcore de la vieja escuela con guiños a Ministry.

Un breve interludio permite la instalación de tres máquinas de efectos, las que caen en manos de Cortina, Finck y Reznor. Es el momento Kraftwerk de NIN, y lo llevan a cabo con ‘The Warning’ y ‘Vessel’, dos tracks de ‘Year Zero’ que exploran la veta más industrial y electrónica del proyecto, tomando distancia del rock por un rato. La enorme pantalla LED dibuja explosiones tipo Big Bang en rojo furioso, resaltando la magnificencia del track.

Pero lo que viene de verdad impacta. La enorme pantalla construye una difusa silueta en celeste; al delinearse bien, la imagen se hace evidente: es el propio Trent que está entonando la satánica ‘Corona Radiata’. De pronto, aparece un roadie el cual, provisto de una linterna, disipa la imagen a medida que la va iluminando. El efecto es francamente A-LU-CI-NAN-TE y un socito del público lo resume en una sola frase: “No estai ni Rayao!!”. Cuando aún no salimos del asombro, Reznor se manda con ‘Pinion’ y ‘Wish’, otras dos muestras de percusión extrema. Y para alargar el saludo a la primera etapa de NIN, ‘Terrible Lie’ suena a tres guitarras, nada menos.

Las sorpresas no se detienen: ahora, la pantalla se parte en cuatro partes que muestran cámaras amateurs que están instaladas en distintos sectores del recinto, dando una extraña sensación de circuito cerrado. Pura paranoia. El notable estribillo pop de ‘Surivalism’ sugiere un irreprochable autoplagio a ‘March of the Pigs’.

Acercándose al fin del bloque, la pesada instrumental ‘Ghosts 31’ suena mientras columnas de humo vuelan artificialmente gracias al efecto de la impactante pantalla. Tras ella, llega ‘Only’ con el bajo de Justin Meldal-Johnsen como principal protagonista. Sobre el final ocurre lo inesperado: Reznor se molesta por unas luces mal instaladas en la pantalla LED y las golpea con su brazo. El incidente parece no tener relevancia, pero cuando parte ‘The Hands that Feeds’ se hace evidente que Reznor tiene un corte en su codo derecho. Durante el resto de la canción, el rojo manchón de su codo peleará la atención del público con las visuales que muestran a George W. Bush fundiéndose en John McCain.

El cierre del set llega con la clásica ‘Head Like a Hole’. Mientras la banda toma un respiro en backstage, la pantalla muestra el clásico símbolo de NIN en rojo y en medio de él, un roadie afanado tratando de arreglar la corrida cortina de luces que molesta al jefe de la banda. Para volver a escena, uno de los músicos interactúa con la pantalla, la cual simula una partitura con la que el tipo tiene que construir una estructura musical. Notable.

El regreso de la banda es con ‘Echoplex’, un track de los más recientes. De tendencia minimal, el tema permite tomar un respiro, y de pronto se mezcla con la intro de la perturbadora letanía de ‘Reptile’, mientras formas y texturas de color verde se toman la pantalla. Antes de iniciar ‘God Given’, Trent deja de ser una máquina y saluda a la gente. Agradece a la concurrencia, promete volver cada dos años, y pide perdón por que su país perdió su ‘fuckin’ mind’ y por el presidente que tienen, que es un ‘cunt’. Es la presentación prefecta para ‘God Given’, mientras las visuales muestran una imagen de una cruz y una pistola fundidas en un solo objeto.

Ya van dos horas de shows, pero no se notan en el cuerpo. La sensación es apabullante, y sólo se necesita una catarsis para acabar. Eso es justo lo que ocurre con ‘Hurt’. Solo la acústica de Finck y el registro de Reznor acompañan mientras escuchamos “I hurt myself today to see if I still feel…” La gente canta, grita, algunos lloran y la mayoría observan paralizados. Se me queda pegada la frase “Everyone I Know goes away in the end….”

Trent agradece de nuevo y da paso a la última. Con una ciudad tipo ‘Blade Runner’ en las visuales de fondo, ‘In This Twilight’ funciona como outro apocalíptica, como soundtrack de un mundo que se viene abajo. Sobre el final del tema, uno a uno los músicos se van retirando: primero Finck, luego Freese, después Justin y penúltimo, Cortina. Trent Reznor se queda solo en el escenario, sacándole las últimas melodías al piano. Tal como lo hacía hace unos cuantos años en una pieza de Pennsylvania, cuando pensaba que nadie más se sentía como él. Qué equivocado estaba.

Thursday, October 02, 2008

Esto sí Que es Heavy

No creo que exista un hombre al cual el Heavy Metal le resulte del todo ajeno. Incluso los más devotos del pop, -como yo-, nos hemos pillado agitando la cabeza, haciendo el signo del diablo y tocando ‘air guitar’ donde nos pille un buen riff.

Acabo de ver el divertidísimo documental ‘Metal: A Headbanger’s Journey’, el sueño de adolescencia del realizador Sam Dunn: tratar de explicarse el motivo de la fascinación de millones de personas con el rock pesado. El filme está hecho con tanto cariño y trae tal cantidad de entrevistas a peces gordos del estilo que es imposible no empatizar y retornar mentalmente a los años en que uno se expuso por primera vez a esa música.

Antes de conocer a Metallica en 1991, conocía de nombre a Van Halen y el Glam Metal (Poison, Motley Crue, etc.), pero no sentía mayor atracción. Pero desde el ‘Black Album’ en adelante, las cosas cambiaron: ‘Enter Sandman’ primero y ‘Sad But True’ después, parecieron despertarme de un letargo: en esas guitarras había poder, descontrol, y una sensación de inmediatez que no había sentido antes.

En paralelo, gracias al éxito planetario de ‘You Could Be Mine’, descubrí con cierto atraso el ‘Apettite for Destruction’ de Guns n Roses’ y eso completó el cuadro: ya no sólo estaba la anarquía de los primeros 50 segundos de ‘Welcome to the Jungle’, sino también la épica de ‘Paradise City’, el caos de ‘It’s So Easy’ y la pausa de ‘Patience’.

Hablamos del año ‘91, ’92. Como siempre digo a quien quiera escucharme, lo más excitante de ese periodo era la profunda falta de infomación: descubrir el metal en 1992 era darse cuenta de que había todo un mundo de canciones, artistas y álbumes desde esa fecha para atrás…..y no teníamos internet ni revistas especializadas para explorar. De los que recuerdo ahora, sin repetir ni equivocarse, escuché harto a Prong, Pantera, Nuclear Assault, Megadeth, Slayer, Anthrax y varios más.

Pero en el momento en que descubrí a Red Hot Chili Peppers, mi orientación musical cambió; sentí como si un nuevo mundo me fuera revelado: una banda podía ser rockera y bailable a la vez, podían convivir un ‘Guitar Hero’ con un bajista protagónico. Le llamaron funk metal en su minuto: como sea, de ahí para adelante mis gustos se concentraron en ese estilo por un lado (Faith No More, Jane’s Addiction, Living Colour) y por el otro, en mi creciente obsesión con el Grunge, la música que tal vez mejor definió mi adolescencia.

Si nos queremos poner densos, había una diferencia de fondo en el Metal, comparado con el Grunge: el Metal es música extrovertida, arrogante, egocéntrica. Y había momentos para ese estado de ánimo, claro; pero en rigor, el Yo de 15 años se sintió mucho más cercano al lamento de Eddie Vedder, a las divagaciones de Layne Staley y obvio, al desencanto de Kurt Cobain. Esos fueron los héroes de mi generación.

Durante los 90 minutos del documental, es imposible no rememorar los primeros encuentros con esa ‘música del diablo’ y emocionarse con esa excitación primaria que cobija el Metal: era formar parte de algo más grande que uno mismo, y ese encuentro siempre parecía estar en riesgo de que alguien te lo quitara o no te permitiera escucharlo. Era sentir la excitación de lo incorrecto, era entender por primera vez que no necesariamente ibas a seguir el camino de tus padres (aunque en mi caso, el mío escucha música tanto o más heavy que yo).

En este club de Toby que es el Metal, pocas cosas tienen que ver con la razón: es el único espacio donde se te permite ser idiota (de hecho, se supone que lo seas) e inmaduro. Puedes o no seguir escuchando esa música, pero una vez que pasaste por esa sensación, nunca se te olvida. A mí nunca se me olvidó la primera vez que vi este video:

Wednesday, October 01, 2008

Directo al Target

Hace un buen rato, varias marcas asociadas a jóvenes están trabajando sus productos en los lugares correctos, penetrando directo en el target deseado de forma original y entretenida. El sábado fue un gusto ver cómo Reebook se apropió de la discoteque Kubix exhibiendo modelos de zapatillas retro, con caña alta, velcro y colores fluorescentes justo en el evento preciso: el show de la francesa Yelle, una instancia plagada de potenciales consumidores. Por lo demás, a la gala la auspicia esa marca en su país.

El punto es: la publicidad está por todos lados, pero pocas veces logra ir más allá de que sintamos que nos están tratando de meter un producto como sea; sé que eso ocurrirá de todos modos, pero me gusta al menos sentir que en el proceso hubo al menos un desgaste creativo de parte de los responsables de la marca.

La marca de ropa Diesel tomó el toro por las astas y organizó para el sábado 11 de octubre en el Puerto 3 de Brooklyn la fiesta “Diesel xXx”, un evento que incluye en el line up a Hot Chip, N.E.R.D. y nada menos que a M.I.A. en su primer show desde su anunciado retiro en el festival Bonnaroo. Pero eso no es todo: la promoción para el evento es un notable video viral que se vale de algo que todos conocemos y lo resignifica de modo brillante. Así da gusto ser publicista: