El año partió con múltiples anuncios de recitales en Chile: desde el espíritu de
Pink Floyd, hasta la vuelta de
Alejandro Sanz, pasando por el retorno ‘triunfal’ de
Placebo, y una hilera de reggaetoneros. Entre medio, varios guateos como la no confirmación de
Christina Aguilera y la triste cancelación de
The Who.
Si bien mi 2007 no incluyó expediciones fuera de Chile (aargh!!), no me puedo quejar. Santiago tuvo oferta de conciertos constante, diversa y contingente. Fue el año en que vivimos eventos masivos como la
Cumbre del Rock Chileno y el
Festival Vive Latino, los que contaron con un compartamiento y convocatoria notable de la gente.
Por oto lado, la queja sigue siendo el precio de los shows y en especial, de mega giras como las de
Soda o
The Police; sin embargo, el publico sigue llenando los eventos, aunque sea endeudándose a mil cuotas. Todavía no llegamos al punto de tener que castigar con baja asistencia a un recital por lo prohibitivo de sus tickets. La gente se sigue sintiendo lejana de los grandes circuitos de la música, por lo que el raciocinio aún es “
mejor voy, puede ser la única vez que los vea”.
Tras presenciar tocatas como
Coldplay en Espacio Riesco o
Pet Shop Boys en la Estación Mapocho, los medios exigieron que no se hicieran más shows en vivo ahí por su pésima acústica, y casi ocurrió así: la cancelación de
Devo en el Mapocho y el reciente doblete
Calamaro/Cornell fueron las únicas excepciones programadas en dichos recintos. Al menos se buscó escoger recintos con buen sonido, pero aún existen dos deudas:
1.-
NO MÁS ASIENTOS EN LAS PRIMERAS FILAS DE CONCIERTOS DE ROCK: La gente encaramada en las sillas durante las presentaciones de
Coldplay, Bjork y varios otros tapando a las filas posteriores fueron una vergüenza que no resiste análisis. No es culpa del público: en shows con alto nivel de excitación es obvio que el público optará por vivirlos como les resulte más cómodo. Y sentarse no es una opción en esos casos.
2.-
OJO CON LA SEGURIDAD: Todos los shows de reggaeton del año (
Duelo de Maestros, Don Omar, Daddy Yankee, por nombrar sólo tres) y la gran actuación de
Snoop Dogg tuvieron
SERIOS problemas de seguridad. Uno sospecha que contratar más guardias y asumir públicamente un concierto como ‘peligroso’ puede ahuyentar consumidores. Peor aún puede ser lamentar a un apuñalado, como ocurrió en Buenos Aires con
Snoop. Ojo.
Tan amplia fue la oferta que incluso tuvimos lujos con baja asistencia de públco: por diferentes motivos,
Magic Numbers en el Teletón,
Lily Allen en el Arena y los
Rapture en el Caupolicán fueron vistos por mucha menos gente de la que se merecían. Pero eso habla de un país que está cada vez más cerca del gran circuito de conciertos. Eso sí, la presencia de
Arctic Monkeys (y en menor medida de
30 Seconds to Mars) sólo en Argentina es inexcusable. Público para ellos había, y de sobra en Chile.
El 2008 ya se presagia como un gran año en lo que a visitas se refiere. Será una temporada para ponerle el visto bueno de ‘
ya lo vi’ a grandes leyendas (
Bob Dylan, Rod Stewart, Earth, Wind and Fire), pero ojalá que también traiga de la mano una buena batería de los sonidos que marcan tendencia en el primer mundo. Desde ya se anuncia para mayo en Brasil la visita de
Klaxons, Editors, y Yo La Tengo. Si las cosas resultan como espero, durante el 2008 saldré a cazar a algunos imperdibles en otras latitudes. Así sea.
De momento, aquí está mi Top Ten. Los mejores shows del 2007 según yo:
10.-
Coldplay (14, 15, 16 febrero, Espacio Riesco): Se sobrepusieron a la instalación de sillas y al mal sonido. Apostaron por 3 shows íntimos cuando tenían para llenar un Estadio Nacional. Un show para cantar karaoke por dos horas sin parar.
9.-
Tom Jones (22 febrero, Quinta Vergara): El ‘
Tigre de Gales’ enseña como envejecer con dignidad en un negocio que no lo facilita. Regaló postales atemporales como ‘
It’s Not Unusual’ y ‘
Delilah’.
8.-
Incubus (08 y 09 octubre, Arena Stgo.): El factor ‘mino rico’ los convirtió en la banda más convocante en Chile de la generación Aggro-Rock.
Deftones y
Korn quedaron atrás. 24 mil chilenos no podían estar equivocados.
7.-
Dolores O’Riordan (27 agosto, Teatro Caupolicán): Una de las sorpresas de la tempoada. Se la anunció en voz baja y terminó repletando el Caupolicán. Bienvenida la nostalgia noventera en Chile. Idea para las productoras: traer a las minas de
Garbage o
The Cardigans. Éxito seguro.
6.-
Keane (15 abril, Club Hípico): ¿Melodías para minas? ¿Música para ingenieros? ¿Ritmos para jingles publicitarios? Puede ser, pero por sobre todo, una banda de la puta madre sobre el escenario, y un frontman de lujo como
Tom Chaplin. ¡Qué vozarrón del gordo ese!
5.-
Chris Cornell (10 diciembre, Espacio Riesco): El que mejor entendió que había una deuda fue el propio Cornell. En casi tres horas de concierto, el hombre desplegó actitud, intensidad, y un registro superdotado. Fue un abuso: pocas veces se ve al público más cansado que al artista. Aquí ocurrió.
4.-
Ricky Martin (26 febrero, Quinta Vergara): ¿Qué qué hace metido este tipo acá? ¿Lo han visto en vivo? Ah, lo imaginé. Yo tampoco lo había visto, y tiene claro como nadie el sentido de la palabra ‘show’. Maneja un timing impresionante en escena: sabe cuando tiene que hacer llorar, reir, bailar, etc. En habla hispana no tiene competencia.
3.-
The Police (05 diciembre, Estadio Nacional): Un recital que jamás imaginé presenciar. Con 25 años más, Sting, Summers y Coupland se pararon con energía de adolescentes para demostrar en la cancha eso de ‘no nos juntamos por la plata’. La gira más vendedora del 2007 en el mundo.
2.-
Travis (04 noviembre, Arena Stgo.): La magia aún existe en los conciertos. Se rieron de sí mismos, compartieron con la audiencia a pesar del idioma, interpretaron sus canciones como pocos. Hicieron lentos imbatibles, pero también se dieron maña para rockear. ¿Se puede hacer un show perfecto aún? Claro, pregúntenle a
Travis.
Y en el número 1:
1.-
Roger Waters (14 marzo, Estadio Nacional): Más que un recital, una experiencia necesaria. No sólo fue un encuentro con la historia del rock, sino con la historia de uno mismo. Desde la elección del repertorio, pasando por el cerdo volador y el prisma, hasta llegar a la sublime presentación del ‘
Dark Side of the Moon’, las palabras se quedan cortas. Waters fue un privilegio. Uno de los grandes del rock sigue siendo peligroso. Y su obra, más vigente que nunca.
Aquí están los shows del 2008:
Sophie Ellis Bextor (5 enero, Estación Mapocho)
Suicidal Tendencies (6 enero, Teatro Caupolicán)
Bersuit / Catupecu Machu / El Otro Yo (20 enero, Velódromo)
Miranda (26 enero, Casino Viña del Mar)
Journey / Peter Frampton / Earth, Wind and Fire (23 febrero, San Carlos de Apoquindo)
Nelly Furtado (24 febrero, Festival de Viña)
My Chemical Romance (25 febrero, Arena)
Interpol (6 marzo)
Iron Maiden (9 marzo, Pista Atlética)
Bob Dylan (11 marzo, San Carlos de Apoquindo)
Rod Stewart (8 abril, San Carlos de Apoquindo)
Rage Against the Machine / Deftones (abril)
Ozzy Osbourne / Korn (abril)
Joss StoneAvril Lavigne
Linkin Park
Radiohead….???