Paramore NO es una Banda
Como me dijo un amigo que trabaja en publicidad: cuando una marca no cuenta con una característica que necesita, tiene que salir a buscarla y asociarse con aquello que la posea. Y eso es justo lo que miles de niñitas hicieron el lunes 27 en el Court Central: salir a buscar frescura, energía, belleza, ambigüedad y espontaneidad en Hayley Williams, la magnética frontman de Paramore, el sabor del mes en lo que a punk-pop se refiere.
Un dato esclarecedor: cuando se lanzó el fundacional ‘Dookie’ de Green Day, Hayley Williams, tenía 5 años; es decir, sus coordenadas musicales se encuentran entre Rancid, The Offspring, el trío de Berkeley, y tal vez el periodo más mainstream de baluartes como NOFX y Bad Religion. Ni siquiera aparecen en ese mapa los fundacionales Descendents o Germs. Por lo mismo, si tienes más de 25 años y no conoces a Paramore, no te asustes: el éxito indiscutido del cuarteto en Chile se explica en el contexto de un grupo de adolescentes que toca canciones adolescentes con temática adolescente para un público adolescente. Comunión perfecta.
Como ocurre cada vez más seguido, los de Tennessee llegaron a Sudamérica en el momento de mayor fama de su breve historia. Las canciones del multiplatino ‘Riot’ finalmente se despedían, tras previo paso por México y Brasil. Las pokemonas presentes le dieron la bienvenida a Hayley gritándole el clásico ‘Mijita Rica’ a su ídola. El efecto ‘Diario de Eva’, digamos.
Paramore siempre se ha visto rodeado de polémica debido a la importancia que los medios le dan a Hayley en desmedro del resto de la banda. Ello ha desembocado en problemas internos que han generado desde cancelaciones de tours hasta la polera que usó la chica en los recientes Premios MTV Latino con la leyenda “Paramore es una banda”. Lo divertido del asunto es que el show está construído EN FUNCIÓN de la cantante. De hecho, al comenzar el concierto, ella es la última en salir a escena.
‘Born for This’ abre con fiereza. Los músicos se ven apoyados por un guitarista adicional, pero su pirotecnia instrumental cae a cuarto plano cuando la vocalista ingresa a escena: pelo rojizo, polera con tirantes, pantalones blancos sueltos, Converse negras y actitud hiperkinética. Hayley no sólo entona los temas, sino que canaliza la desbordante energía de la audiencia: ella decide a voluntad cuando el público aplaude, canta o grita.
De inmediato suena el megahit ‘That’s What you Get’, la mejor canción de Paramore. El público enloquece con esta gema pop, donde los hermanos Farro y en particular, el bajista Jeremy Davies, exhiben sin rodeos su pasado en una banda de covers funk.
Con el correr de los minutos, la fanaticada decide que le quiere mostrar a Hayley todo su amor. A la altura de ‘Crush Crush Crush’, un peluche es lanzado al escenario. Este público es inexperto en materia de recitales y no coordina muy bien sus impulsos, lo cual puede terminar mal. Al peluche se suman cojines, gorros y más peluches. Hayley se salva por poco de los proyectiles y bromea diciendo que la tomaron por un ‘target’ (‘blanco’). La cantante confirma su empatía con los teens y simplemente se pone una gorra. Punto para ella.
“¿Podemos tocar una lenta?”, pregunta con miedo la nena. Es entonces cuando arremete ‘When it Rains’, con Hayley frente a un teclado que nunca suena, haciendo una cruza vocal entre Avril Lavigne y Amy Lee, aunque la líder de Evanescence se ve mucho más reverenciada en la que viene: ‘Decode’, la canción principal de ‘Twilight’, la inminente versión fílmica de la romántica y taquillera historia de vampiros.
Tras apenas 11 tracks, o sea 50 minutos de show, Paramore salen del escenario. Al regresar, Hayley, le pregunta al público si quieren dos o diez canciones más; ante el aullido de la audiencia, ella reconoce con algo de vergüenza que en verdad ni siquiera tienen diez canciones más. La vuelta a la música es con ‘My Heart’, otro tema que facilita el lucimiento vocal de la chica de pelo rojo. ¿Y el resto? Eficiente muralla de sonido con escaso protagonismo escénico, salvo los saltitos del bajista, al más puro estilo de Fall Out Boy.
El cierre es con el hit que creó esta carrera. ‘Misery Business’ suena muy bien y es el final perfecto. La generación xBox ya tuvo suficiente con estos 65 minutos, aunque si yo hubiera pagado 40 lucas, me sentiría muy estafado. ¿Y Paramore? Paramore NO es una banda: es un esfuerzo comunitario que tendrá un solo ganador. Todos la conocemos, y es encantadora. Avril Lavigne: ten miedo, mucho miedo.